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“Cuando los jugadores se meten en política es difícil volver atrás”

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En esta segunda parte, el DT recuerda cómo vivió la renuncia de varios jugadores referentes, y todo lo que vino después 

 
 
Por Ignacio Chans-Enviado a Punta del Este
¿Que visión te dejan los conflictos políticos del año?
Le juega en contra hacia adentro, porque no es así que van a venir las soluciones. Creo que justamente en todas las posturas siempre hay que dar un paso atrás, ceder para el beneficio de todos. Acá están peleando por ver quién tiene la verdad y quien no, y eso traba la situación. Lo primero es un consenso y  se está trabajando en eso. Hay mucha historia de pelea, pero si no aúnan las fuerzas cada vez va a ser más difícil.
 
¿Llegó tarde la solución?
Llego en el momento que tenía que llegar. Lo primero que dijimos nosotros fue ‘tratemos que la política no venga a la selección porque no tenemos tiempo’. Es un tema del rugby interno, se tienen que arreglar políticamente y ver cuál es el objetivo en común.
 
¿Te imaginabas tanto problema al llegar?
No me lo esperaba, pero conflictos hay en todos lados. Muchas veces es parte del crecimiento, agotar camino aprendiendo qué no hay que hacer. Por eso creo que el resultado es positivo. Hoy hay muchos chicos que saben cuál es el camino que deben hacer, que no es la política sino trabajar, sacrificarse, y dejar la parte política a los dirigentes. Cuando los jugadores se meten en política ya es difícil volver atrás.
 
¿Te defraudaron los jugadores?
No, porque todos como jugadores en su momento tuvimos nuestra forma de ver las cosas. Yo la tuve, y ya un poco más viejo y habiendo dejado de jugar me di cuenta que de repente me equivoque, que no era la manera. Pero es parte de un proceso, yo no digo que tenga la razón, sino que la única forma de trabajar es juntos, por más  que haya desacuerdos, porque si no perdemos todos.
 
¿Qué sentiste el 10 de marzo, cuando te enteraste que había siete jugadores que se negaban a entrenar pidiendo la renuncia de tus ayudantes técnicos, Bruno Grunwaldt y Sebastián Piñeyrúa?
Me desmotivó bastante, porque pensé que estaban con ganas de trabajar y sacar las cosas adelante. Yo no aprobé la forma, sí las intenciones, porque todo es cuestión de evaluarlo. Pero el último camino es no ser jugador de rugby. Y eso significa ir a entrenar, cumplir con tu obligación y si tenés reclamos hacelos por afuera, pero no perjudiques al equipo. .Porque acá nadie es dueño de nada. El rugby es de todos, todos estamos de paso y tenemos obligaciones. Es una cuestión de formas, no del reclamo en sí, porque podía ser justo o no, discutible o no. Para mí se hacían más fuertes si se ponían a entrenar, daban el ejemplo y después reclamaban.
 
¿En ese momento se quebró algo?
En cierta manera sí, porque mismo se rompió internamente entre los jugadores, más allá de que siempre tratamos de mantener las puertas abiertas, porque cualquiera podía cambiar de posición. Nosotros no decíamos ‘estás equivocado o no’, lo que decíamos era ‘con condicionamientos no’.  Y cualquiera podía vovler, decir ‘estoy para aportar, demos para adelante y después resolvé mis cuestiones por otro lado’. Listo, adentro, vamos, estamos todos en el mismo barco. Pero los planteos eran que se vayan Bruno y Pino, que se vaya el PF, el manager… ¿qué somos, jugadores o dirigentes? Había poco tiempo, y el camino que elegimos fue el del sacrificio, del ejemplo y  las otras cuestiones que se trabajaran afuera.
 
¿Habias tenido algún reclamo?
Si, básicamente al principio me quise meter para ayudar. Después me di cuenta que superaba todo lo que podía llegar a aportar en esa cuestión, porque iba más allá de mi persona. Era entre clubes, entre persona. Llegue hasta un punto y dije listo, no puedo dedicar el 80% del tiempo del seleccionado a llamados por teléfono a discusiones reuniones.. me tengo que dedicar a entrenar. Por eso me metí  para dentro y que esto siga su curso.
 
¿Cómo ves la postura de los jugadores, que dicen que se sintieron traicionados por el presidente Gustavo Zerbino?
Como te digo, es un tema de ellos. Llegó un momento que la cuestión pasaba por cerrar las puertas para adentro. Todo lo que fue promesas y ‘yo te dije, vos me dijiste’ lo dejamos afuera. Y para mí se murió ahí el tema. 
 
¿Cómo explicás esas diferencias con tus ayudantes?
Para mí los reclamos muchas veces pueden ser justos, sirven para ver donde nos podemos encontrar. Pero para mí hubo formas que no fueron las correctas. Y para mí se murió ahí el tema. Yo me dedique a los que estaban y tenían ganas de trabajar, y Bruno y Pino estaban y tenían ganas de trabajar, estaban aportando mucho.
 
¿Le faltaba alguien más al cuerpo técnico en ese momento?
Seguramente, en su momento estuvimos cerca de acordar con Diego Ormaechea,  pero por A o por B nos e pudo. Creo que Diego en su momento hubiese sido muy importante, y probablemente hubiese sido otro camino tomado. No había tiempo para seguir viendo y optamos por un camino. Opiniones va a tener cada jugador y dirigente va a tener la suya. Si me das cuatro años la podemos ir viendo, pero con dos semanas para el Crossborder había que tomar decisiones. Después lo sumamos a Gonzalo Amaya, pero por la exigencia que teníamos los puntos pasaban otro lado, por marcar una conducta, un compromiso, porque los jugadores venían a un entrenamiento y faltaban tres,  por generar otro tipo de identidad en el jugador del seleccionado. Y creo que se logró. Dentro del balance hoy los jugadores defienden el trabajo y la camiseta a muerte, y no como me pareció al principio que estaba muy menospreciado.
 
¿Eso lo viviste?
Si los primeros entrenamientos venían uno y faltaban tres, decían me tengo que ir de vacaciones, faltaban sin aviso… al final venían todos a todos los entrenamientos. Y va más allá de la exigencia que tenemos cada uno, esto era después de todo horario laboral o de estudio. Sacrificios tenemos que hacer todos.
 
¿Creés que alguno sintió que tenía un lugar ganado?
Los motivos pueden ser varios, pero la reacción debe ser una sola: dar el ejemplo cuando te toca y ser el primero. Si sos jugador tenés que estar primero, ir a los entrenamientos, ponerte a trabajar. Lo mismo los DT, o los médicos. Eso te da la pauta que estamos todos en el mismo barco. Si no, ¿con qué excusa me vas a decir vos jugador algo si yo no voy? Te puedo decir: ‘ahora falto yo’.
 
¿Algunos se pueden haber sentido desplazados por la presencia de un referente como Pablo Lemoine?
La única condición que pusimos fue: no me importa si sos amigo de éste o estas peleado con éste, lo que importa es que trabajes de la misma manera que todos. Las cosas personales me interesan poco y nada. Si venis, entrenás y después hacés tu reclamo todo bien. Pero no me hagas huelgas, si no esto termina mal. Creo que Pablo fue fundamental, fue un tipo que vino sin ningún tipo de condicionamiento, se puso a disposición de entrada y marcó el ritmo de cómo se hacen las coas. Metió la presión debida. Era algo fundamental en el grupo.
 
¿El reclamo de los jugadores puede explicarse porque quisieran a  Diego Ormaechea en el cuerpo técnico?
Seguramente, porque te están diciendo que no quieren a los que están en su lugar. Es obvio.
 
¿Cuál fue el punto en que dijiste ‘no me meto más’?
Ante la enésima tentativa de arreglar las cosas me di cuenta que nadie las quería arreglar. Cuando estaba dedicando el 80% del tiempo a llamados y reuniones y a no pensar en el seleccionado dije ‘basta, no puedo aportar más’.
 
¿Cómo se hace para que vuelvan los jugadores fundamentales que hoy faltan?
Se está trabajando en eso, la Unión ya lo está haciendo con los clubes y presidentes. No lo veo difícil, es un tema de programas, de ponerse de acuerdo. Lo peor es cuando los dos dicen ‘yo tengo la razón’, no se van a poner de acuerdo nunca. Hay que trabajar y dar el ejemplo, porque hablando es muy fácil.
 
¿Fortaleció al grupo los problemas que hubo?
Al grupo lo fortaleció el trabajo, el ir sin ningún condicionamiento. Hubo chicos que se quedaron afuera el último día y no hicieron ningún reclamo. Tener que bajar a un chico que aportó todo el año es durísimo, a mí se me caía la cara. En cambio, todos dijeron: ‘muchas gracias, muy agradecido por el trabajo’. Para mí el camino del rugby es ese. 
 
El caso de Jerónimo Etcheverry antes del partido de vuelta, ¿no fue ir en contra de eso?
Se puede leer de esa manera. Es más, yo me lo cuestioné bastante. Lo de Jerónimo era una apuesta al tipo de jugador y las características que nos servían, que era en beneficio de todos. Todo el grupo lo vio así y lo entendió. Pero no era que Jerónimo nos iba a salvar las papas, tenía la característica de la patada y el contraataque. Después se nos complicó en otro sector.
 
¿Fue mucha la presión sobre él en ese partido?
Sí. Era una apuesta. No es que hayamos tenido tiempo de trabajar, me hubiese encantado trabajar más tiempo con él y con muchos otros. Básicamente me basé en las características personales y lo poco que lo vi. Puede ser que haya sido una presión, pero es un jugador muy talentoso, un apasionado del rugby y va a tener muchas oportunidades para demostrar lo que es.
 
Continúa…

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