Cuarta y última parte de la entrevista con Gustavo Zerbino, donde habla del futuro del rugby uruguayo
Retomemos el diálogo con planes que tengan apoyo de todos
¿Qué tiene que ocurrir para que el rugby uruguayo se una?
Los clubes apoyan, están, pero no tienen gente. Una estructura como esta absorbe mucha gente. Este año hubo cinco cursos de coaching por los que pasaron 300 personas para formar entrenadores. Eso es ampliar la pirámide.
El camino está por el dialogo, en la unión de todos los clubes. De afuera, con formas que no son las adecuadas, sabemos que no funciona. Retomemos el diálogo, pero si te agraden, es muy difícil. De mi parte está la mejor voluntad, he trabajado por tres años con Slinger, hoy presidente del Polo, como responsable del área de referato, fue la persona que yo puse de confianza. Yo confié en él y sigo confiando. Tengo mucho respeto por todas las personas, lo que no acepto es que impere la guarangada y la falta de respeto. Retomemos el diálogo con planes que tengan el apoyo de todos, y hacia ahí vamos a ir.
¿Hacia dónde debe ir el rugby a partir de ahora?
El rugby uruguayo debe ponerse objetivos más cortos, crecer a nivel regional, tenemos competencia con Argentina, los Panamericanos, de seven, los Mundiales, Juegos Olímpicos. A nivel de mundiales de XV cada vez va a ser más difícil, no solo llegar, si no que después te comes 100 puntos.
¿No hay un esfuerzo para la alta competencia demasiado grande para lo que puede soportar el rugby uruguayo?
La plata la bancó toda la IRB, nos dio los Crossborder, Nations Cup, como US$ 400 mil dólares de pasajes. Eso lo conquistó Uruguay, si no iba Japón, y eso es un logro. Pero al final un logro es algo que está mal. Le ganamos a Chile, a Kazajistán, empatamos con Rumania y perdimos el segundo partido, fue muy decoroso. Solo Uruguay no lo reconoce.
Son destacables los logros y quizás el camino siga siendo por allí, pero ¿no hay que discutir cual debe ser el camino a futuro? Habías hablado de un Mundial B, por ejemplo
Ya le mandé una carta a la IRB como posición regional, pero para la IRB es totalmente deficitario. Es lindo deportivamente para mí, pero económicamente para ellos es un desastre, todo pérdida. Uruguay tiene que trabajar para seguir creciendo. Tendría que haber dos o tres selecciones que jueguen campeonatos provinciales, en el Seven Panamericanos…
¿La competencia internacional de clubes? Fue algo que se perdió.
No se perdió, es muy fácil, Argentina tiene un enfrentamiento interno muy grande entre Buenos Aires y las uniones del interior, y la UAR decidió bancar esos campeonatos. La plata sale de la UAR y no hay cupos para Uruguay. Cada provincia tiene cupos y no hay para Uruguay, en otro momento lo pagaban las provincias.
Pero de la misma manera que hubo un buen trabajo diplomático para conseguir competencias y abrir el Pladar, ¿no podría haberlo para conseguir competencia de cubes?
Hace dos años estamos en eso y hemos recibido un no, los problemas internos son tan grandes que las provincias prefieren meter al tercer o cuarto equipos de cada provincia antes que Uruguay. Hoy no lo estamos logrando. No hay voluntad política de parte de ellos. Tenemos excelente trato, pero de eso se agarran a muerte. Entre Carrasco Polo, Old Boys, Old Christians o Trébol y un club de Tucumán Rosario o Córdoba, las uniones siempre van a elegir lo de ellos, porque si no luchan por esos clubes los matan.
¿Como se hace para que el profesionalismo no se siga alejando? ¿Hay que armar algún Pladar local? ¿Mandar juagdores a Europa?
Hoy se abrieron las puertas para que los jugadores vayan a Europa, pero el problema es que al jugador uruguayo no le interesa. Hay jugadores por los que podemos hacer algún tipo de gestiones para jugar uno o dos años en Europa, para ser modelos para replicar. Pero además necesitamos jugadores de más de 1.90, un programa de detección de talentos. Son cosas que tiene que hacer el rugby uruguayo junto, yo soy solo el presidente de la Unión.
¿La alta competencia se olvidó de los clubes? Una crítica en el rugby uruguayo es que se le ha prestado mucha atención a la selección, postergando a los clubes
Todo depende de lo que los clubes quieran hacer, porque también los jugadores llegan agotados a fin de año. Hay que tener creatividad, ver cómo se pueden armar torneos con clubes del interior de Argentina.
¿Qué legado deja esta directiva?
Esta directiva tiene el respeto del rugby mundial, de la IRB, de la Consur. Hemos viajado por todos lados. Este año le ganamos a Córdoba y Santa fe, a la selección de San Isidro. Hay muchas cosas para hacer. Lo que se deja es que el mundo cambió y hay gente que está entendiendo como se manejan estas estructuras, y sumar muchísimo más gente y seguir trabajando, recién empieza. No somos ni mejores ni peores, nos toco vivir esta época que es distinta, los que estuvieron antes le pusieron las mismas ganas y la misma profesionalidad. Hoy el rugby es demandante, no paras nunca. Te obligan a hacer un plan estratégico para 2011, y después otro para el seven a cinco años, y después lo tenés que cumplir, porque si no no te mandan los grants.
¿El tren está todavía ahí? ¿Cómo ves el futuro?
El gobierno de Georgia destina US$ 5 millones al rugby, la IRB también. El ministro Lescano es un amigo, pero acá el estado no destina un solo peso. No existe la política de deporte. A nosotros nos dio US$ 10 mil Uruguay Natural, mientras en Colombia o Argentina, el estado a todas las selecciones les cubre el 100% de los gastos. No puede ser que la Federación de handball tenga que hacer una colecta en un semáforo. Lo dijo el presidente Pepe Mujica, cuando vino a almorzar con nosotros: el estado está en deuda con el deporte uruguayo. Si los chiquilines están haciendo deporte se está haciendo prevención. Y esa plata que destinás es para establecer patrones de conducta. La plata que pone el estado en un preso es infinitamente más caro que invertir en salud y deporte. El gobierno se está dando cuenta y trabajaremos codo con codo con ellos. Está el Charrúa que nos lo han ofrecido, y hay que sentarse a hablar, mantenerlo, ver las condiciones. Queremos desarrollar planes de “Rugby para todos” y “Un tackle a las drogas”, voy a seguir trabajando para que llegue a todos los rincones del país y a todas las clases sociales, porque tiene valores extraordinarios. También todas las cosas quer estamos haciendo con el Liceo Jubilar, para que las canchas del regimiento de al lado puedan ser utilizadas para que los hermanos de los chicos del liceo, que hoy se drogan, puedan jugar al rugby.
¿Por qué, por segundo Mundial consecutivo, las diferencias internas pasan factura?
Hay como 190 países que juegan al rugby, van solo 20 al Mundial, y Uruguay fue a dos. Eso lo lograron las personas que trabajaron en 1999 y 2003, es un logro extraordinario, ya fue un milagro. En esa época el rugby era amateur, hoy es mucho más difícil porque es profesional. Esto es normal, donde hay problemas y no están todos alienados las cosas no salen bien. Uruguay trabajó de la mejor manera posible, capaz nos faltó un poco de viento a favor. Si hubiésemos tenido uno o dos jugadores más, o tres o cuatro que se hubiesen sumado, pero no hubiese cambiado nada, porque las diferencias son atroces. Aparte, Carrasco Polo no salió campeón, así que tuvieron todo el año todos los jugadores, el único equipo que lo hizo y no pudo, lo que refleja que no hay tanta diferencia. Old Boys, Christians, Trébol están parejos, o PSG, que con 14 pasó por arriba a Carrasco Polo. Polo es un gran club, con cosas buenas y cosas malas, como todos. Acá se fabrican super hombre o diablos. Todos tenemos virtudes y errores.
¿Pero porque no puede haber un camino común?
Será por equivocaciones humanas, porque no nos sabernos conducir. Pero para mí no fue tan grave, porque no hubiese cambiado nada. Ojalá hubiésemos tenido las palmeras para el line, eso si cambia, te da line, te da maul.
¿Pero más allá del juego, por qué no puede encontrarse un consenso?
Uruguay es así, decía Latorre que somos ingobernables. Pero hoy están todos los clubes para trabajar y asumiendo todos su cuota parte. Acá no hay culpables. Si Uruguay clasificaba lo hacía con todos los clubes. Cuando fue Jerónimo me sentí orgulloso de que para el mundo entero Carrasco Polo también estaba, porque se merece un lugar de privilegio en la selección. Todos los clubes tienen el mismo derecho. Estoy contento que hay una directiva de Polo que está trabajando con nosotros, que los jugadores trabajan por su club y son ejemplares. Es un club que organiza el campeonato más importante de América como el Valentín Martínez, que fue desarrollado por ellos. 80 o 90 personas del club trabajan para que salga, y es maravilloso. Es una de las cosas que le debe el rugby uruguayo a Carrasco Polo. Christians tiene defectos, Old Boys, todos tenemos errores. Cuando los hay se corrige, y cuando hay una virtud se copia.
¿Hubieses hecho algo diferente?
Muchas cosas podrían haberse hecho diferentes, pero se hizo todo lo que se pudo para lograr el objetivo. Fue muy difícil, le pusimos mucha energía, y hay cosas que te desgastan, discusiones que no aportan y que están enfocadas a ver quién saca una ventaja. Eso es lo que tiene que dejarse de lado, hay que volver a las reuniones de delegados para que arreglen entre ellos los problemas. Los reglamentos están y hay que cumplirlos, se pueden modificar, pero mientras estén hay que cumplirlos. Fue lo que nos comprometimos, como el caso del clásico que a Old Boys le tocó perder por un tema administrativo. Ojalá no hubiese pasado, alguien puso eso en el reglamento, yo no lo modifiqué, la regla estaba.
¿Dónde te imaginas el rugby uruguayo en 4 años?
Tiene que estar cada vez más unido y crear los climas para que eso ocurra. Hay oportunidades para que los clubes desarrollen personas con vocación de servicio para aportar el rugby, no para sacarle.
¿Hay que dirigirse hacia la profesionalización de ciertas estructuras? ¿Del cuerpo técnico?
Del cuerpo técnico no sé, pero una estructura se podría. También hay que ver que la IRB nos va a dar mucho menos plata, todo esto fue porque la IRB pensó que se podía, hizo la inversión más cara para un país, per cápita, era muy grande y era el gran reproche. Muchos amigos creyeron que podíamos ir, e invirtieron en Uruguay.
¿Eso no se va a repetir?
Creo que no, pero porque Uruguay no es atractivo económicamente, Rumania, Georgia, México, Rusia, Japón, EEUU, Canadá, todos son más atractivos económicamente. Nosotros vamos cumplir 150 años con MVCC, el decano en América y eso hay que festejarlo. Los torneos van a llamarse 150 años de MVCC, para que el mundo enteros sepa que en Uruguay hay 150 años de rugby. Gustavo Zerbino no existe. Son 150 años, hay que pensar en las instituciones. Yo respaldo una institución y los que nos rige son los principios que rigen el deporte, no mi persona, Nunca salí a desmentir nada de los diarios, las verdades, las mentiras sobre persona, estuve siempre por detrás. No me interesa defender lo que digan o no de mí, porque tengo que cuidar el producto y el deporte es mucho más importante. Yo sé quien es Gustavo Zerbino, la gente que me conoce también, lo que digo y lo que hago.
¿Te sentiste atacado durante el año?
Sé que se dijeron cosas que no son ciertas, pero a mí no me importó. El rugby es más importante que yo, y lo demostré durante todo el año, Y hoy estoy hablando del rugby, que tiene mucho por hacer y necesita el apoyo de todos los clubes con grandeza. De repente me equivoqué en aceptar ser presidente de la Unión. Pero me pidieron que pusiera las cosas en orden y fue lo que hice. Si me hubiesen pedido otra cosa no me hubiese prestado
¿Alguna consideración final?
Agradezco a todos, los que trabajaron, el rugby es un deporte que tiene que unir, tenemos que pelearlos con los argumentos, no con las personas. Por eso decía que es un problema de egos. Me puedo equivocar y pido perdón. Si lo tengo que hacer lo pediré 1.000 veces, por todas las cosas que no fueron lo que la gente esperaba. Lo hice de acuerdo a lo que yo pensaba que era lo mejor y la mayor de las veces lo que entendían mis compañeros, y toda las cosas se decidieron por consenso, cuando todos estuvieron de acuerdo.