Ganarse un lugar en SIC de Argentina le costó muchos años a Alejo Corral pero sus ganas de defender a la celeste pueden quitarle su titularidad en el club
Alejo Corral, argentino de nacimiento, Tero por adopción, desembarcó en SIC en 2003. Le costó dos años debutar y tras un pasaje por el rugby de Italia pegó la vuelta para ganarse la titularidad a partir de 2008. El año pasado fue convocado a la selección uruguaya. El llamado sagrado, color celeste, modificó su vida. Desde entonces ganarse un lugar en el equipo se transformó en su norte. A tal punto que no duda en perderse el arranque de la temporada en argentina por defender a Los Teros.
De su futuro inmediato, objetivos y, sobre todo, del actual proceso de selección habló RugbyNews con un pilar a dos orillas.
-¿Cómo se vive el actual proceso de selección?
-Particularmente lo veo muy bien. Gonzalo (Camardón) vino con una idea de juego muy adecuada a nosotros y más allá de los objetivos puntuales que nos puede marcar para enfrentar a determinado rival ha intentado buscar y recalcar un objetivo propio que es una forma de juego partiendo del A-B-C del mismo.
-¿Puntualmente qué aspectos determinan ese estilo que les pide?
-Trata de implementar una forma de juego para hacer las cosas buenas y simples. Parte de la base del conocimiento que tomó de la realidad uruguaya y de hacernos sentir confianza en nuestra forma de juego para aceitar nuestros movimientos y en cuanto a las salidas para situaciones difíciles de cada partido. Quiere que sepamos a qué jugamos más allá de las lecturas del momento que nos ofrezca cada partido. Nos plantea una estructura de juego que facilita la función del apertura para que tome decisiones y tengamos armas a la hora de atacar. Eran cosas que antes no teníamos tan marcadas. Los resultados van a tardar en venir pero el cambio en el juego se va a ver en el corto plazo.
-¿Cómo resultó la experiencia en los dos primeros partidos de Crossborder?
-Rosario fue el primer partido y ellos estaban mejor físicamente. Gonzalo hace mucho hincapié en la parte física porque su propuesta de juego se lleva a cabo si se corre. Acá no se descansa ni se para y con el paso del tiempo eso se va a notar. Van a haber equivocaciones pero se va a ir puliendo el estilo para llegar bien a julio.
-¿Qué fue lo mejor de estos dos partidos y qué quedó para corregir?
-Lo mejor fue que empezamos a manejar los partidos sin desesperarnos. En los dos encuentros empezamos con resultados adversos y con el dominados territorialmente pero respetamos la apuesta y con la convicción en ella salimos adelante. Lo malo fue la cantidad de penales que cometimos ante Rosario, sobre todo en nuestro campo porque en un partido parejo porque marca la diferencia. Con Santa Fe hubo ya una mejora en el juego y en la propuesta.
-Córdoba va a ser un rival más duro que Rosario y Santa Fe.
-Si. Es el campeón argentino de 2009. Son dinámicos, fuertes y ásperos. Están bien organizados y entrenados. Además, recuperaron a Ramiro Pez que viene de jugar en Italia con Seis Naciones y un Mundial encima. Pero nosotros vamos a buscar nuestra estructura de juego y ese es nuestro objetivo principal. Tengo mucha fe en este proceso.
-¿Cómo vivió el proceso de 2009 cuando retornó a la selección?
-Me sumé al final de la etapa de (Guillermo) García Porcel con el cual tuve dos entrenamientos. Después jugué con (Felipe) Puig que se sumó a un barco en altamar y nos dio una mano bárbara, en la antesala de gran momento de enfrentar a Estados Unidos. Esos partidos me dejaron una gran sensación de impotencia. En el primero porque cometimos muchos errores y casi lo remontamos en los últimos 25’ y en el segundo porque ellos fueron muy superiores. Pero lo fueron en base a actitud pero no en el juego. Con una propuesta sólida podemos tener mejores resultados contra un equipo como Estados Unidos.
-¿Eso es lo que está intentando Camardón?
-Si. Él tuvo la posibilidad de darse cuenta de cómo son las cosas acá. Es fácil venir con una propuesta cuando se llega a un equipo armado. Pero es muy distinto cuando las cosas están a la deriva y no sabés con lo que contás. Él tuvo la capacidad de analizar con qué iba a contar y de adaptarse de un medio semiprofesional a uno amateur. Ya encontró la forma para hacernos jugar a lo que quiere y ahora está intentando llevarlo a cabo. Son sensaciones que tengo aunque no las hablé con él.
-¿Cómo se vive en la interna un proceso de preselección en el cual no todos llegarán a quedar para los torneos futuros?
-Yo lo vivo con mucha tranquilidad. Hace tiempo que quería estar en el seleccionado así que trato de aprender, escuchar e involucrarme. Compito por un puesto pero sin volverme loco y tratando de aportar a la selección en lo que me toque.
-¿Y cómo lleva la situación con su club?
-Desde el 9 de febrero estoy acá dejando a mi club de lado. Si llego a quedar para las próximas convocatorias no volvería a jugar hasta julio. Pero la situación se fue dando. Allá me quedé sin trabajo porque la empresa extranjera para la que trabajaba se fue del país. Además me recibí en análisis corporativo de prensa y ya no tengo que estar allá para estudiar. Entonces me pude instalar acá, sino tendría que estar yendo y viniendo.
-¿Pero no corre peligro de perder su puesto?
-En este momento allá están de pretemporada y jugando amistosos. Sé que tienen una gran cantidad de jugadores y son grandes formadores de primeras líneas. Pero el campeonato arranca el 1º de mayo y si soy convocado para jugar el Sudamericano no voy a estar. Ojo, es algo que todavía no hablé con el capitán Federico Serra ni con el entrenador, el Yanqui Martin. Pero allá la cuestión sigue siendo amateur y las selecciones tienen prioridad y ellos siempre lo han entendido así. Tengo el deseo de defender a Uruguay desde hace mucho tiempo. Me costó llegar y ahora que estoy acá quiero dar lo mejor de mí.
-¿Hay chances de que se quede en Uruguay y vuelva a jugar en Old Boys?
-Eso dependería de un proyecto laboral que me surja, que me interese, me guste, que me cierre y que me haga movilizarme. En ese caso volvería a jugar a Old Boys. Pero no son cosas que se busquen. Se tienen que dar. Hoy por hoy mi vida está en Buenos Aires. Mi familia, mi trabajo, mi novia. Y mi club sigue siendo el SIC. A nivel rugbístico no hay razón para no volver a Old Boys pero mi proyecto de vida gira en torno a lo laboral. El rugby es un hobby, me encanta, sacrifiqué muchas cosas por él pero es algo secundario. Hoy tengo que ver. Si me surge la posibilidad de volver a trabajar en Argentina vendré a jugar por la selección cuando pueda, pero como siempre, haciendo todo por el sueño de jugar por Uruguay.
-¿Y cómo se ve en noviembre de este año con respecto a la selección?
-Ni pienso en noviembre. Pienso en julio. Tengo la cabeza en el Sudamericano y la Churchill Cup. A largo plazo pienso en julio pero siempre pensando en dar cada paso para jugar por Uruguay.