Canadá venció a Uruguay 28-10 en el debut por la Americas Rugby Championship; el rival fue superior pero Los Teros mostraron buenas sensaciones de juego, sobre todo en el segundo tiempo
La derrota era lógica. Por eso, dentro de esa lógica, muchas de las señales que dejaron Los Teros fueron positivas. No para quedarse contentos ni conformes, porque hubo muchos puntos a corregir, pero sí para valorar en su justa medida lo hecho por el seleccionado, y para ver lo que este equipo tiene por crecer.
Por un lado las ganas de ir al frente. De arriesgar y atacar pelota en mano, una novedad de los últimos tiempos que se va solidificando. Y a su vez la fortaleza en el scrum –aunque con vaivenes- y en el maul, dos armas clásicas del rugby uruguayo. El arrojo para leer espacios y atacar de pelota recuperada. Y otro punto muy destacable: la fortaleza para recuperarse de un viaje largo, del cambio de horario y de un rival mucho más grande, para mostrar el mejor juego en el complemento, cuando se podía esperar un bajón. Ante todo, una de las señales más positivas fue como este equipo pudo hacer el click. Apenas con unos pocos entrenamientos de cancha, y mucho concepto, el equipo pudo en apenas una semana pasar del ritmo de la actividad local a la velocidad de esta Americas Rugby Championship.
Al mismo tiempo, que quedan varias cosas para corregir. La forma en que Uruguay entró en el error de seguir un duelo de patadas que le planteaba el rival. El mal posicionamiento defensivo que desnudaba ese juego de patadas, que regaló el segundo try de los canadienses. Las pelotas perdidas en el line, que quitaron oportunidades de conseguir plataformas de lanzamiento limpia –algo que llego se corrigió y posibilitó el maul del try-. La falta de apoyo cada vez que algún backs se mandó y ganó espacios, que hizo imposible sumar más de tres fases en pelotas rápidas, clave para desordenar defensas. Y otro más difícil de corregir: la diferencias físicas en el contacto, lo que hizo que a Los Teros se les hiciera durísimo el juego en el ruck, sobre todo en el primer tiempo.
El partido.
Uruguay arrancó arriba con un penal de Berchesi, pero casi enseguida un try de contragolpe puso al equipo abajo 7-3. Y con el pasar de los minutos, los celestes fueron cayendo en ese error de cambiar kick por kick. También había mérito de Canadá, que obligaba a los celestes a patear para desprenderse de la pelota. Así, un kick que encontró mal posicionado al fondo uruguayo, y que le picó mal a Mieres, trajo el segundo try canadiense, luego que la pelota le picara bien a uno de los forwards rivales, que jugó con apoyo para llegar al 12-3.
Los celestes empezaron a dejar el argumento del kick, y animarse a buscar el contragolpe. Y demostraron que este plantel tiene jugadores con buena técnica individual, buena lectura y arrojo. Así Uruguay ganaba espacios penetrando, pero faltaba la coordinación para lograr apoyo y no aislarse a la hora de ir al piso. Y cuando los celestes iban al ruck sentían la diferencia de potencia, que hacía que Canadá recuperara varias pelotas, o al menos forzara mucho la posesión celeste. Por eso, a pesar de ser el que más proponía, Uruguay nunca podía jugar dentro de la defensa rival y proponer un juego de ataque.
El scrum también era una fortaleza, provocando dos pre push y un par de penales, que Berchesi no pudo acertar por poco, lo que hubiese puesto el partido en otra perspectiva, mucho más pareja.
Hasta allí lo de Canadá había sido aprovechar los errores de Uruguay. En el segundo tramo de la primera parte empezó a animarse a jugar, a mover la pelota. Consiguió un penal que le permitió irse 15-3, y luego volvió a lastimar en una de las pocas que sorprendió con el scrum, girando una pelota de Uruguay, obteniendo la propia y forzando un penal con el que se fue 18-3 al descanso.
El complemento, lo mejor.
En el segundo tiempo podía esperarse un bajón. Sin embrago, Uruguay logró hacer pie, equilibró la batalla en el contacto, y a partir del buen trabajo de la defensa consiguió penales que le permitieron ir a jugar a campo rival.
La obtención mejoró, y los medios buscaron nuevamente lanzar a los tres cuartos, que siguieron ganando espacios en el uno a uno, ganando la ventaja, aunque otra vez sin el apoyo para transformar esos intentos en jugadas de try. Ese juego de obtener, pasar y correr Canadá jugaba con uno menos, por una amarilla por tackle alto cuando Mieres se escapaba por la punta. Allí fue que los celestes, a partir de corregir la obtención en el line, apostaron al maul, y casi llegan a un try de Ormaechea a los 13’. De todos modos, en la primera jugada de ataque canadiense por el lado abierto, Canadá pudo arrugar a la defensa celeste a partir del ruck y encontrar los espacios por afuera para llegar al 25-3.
Y cuando podía esperarse el declinar celeste, llegó la mejor cara. Los celestes volvieron a ir a campo rival a partir de un penal, jugaron al line y maul, Ormaechea se desprendió y puso el 25-10. El try le dio confianza a los celestes, que siguieron defendiendo ordenados, forzando penales atacando los espacios cuando el rival pateaba. Rombys ganó varios metros a partir de un line, Vecino jugó cerca de la base para mandarse al try, hasta que la jugada termino en penal a cinco yardas. Sin embargo, una inconducta derivó en amarilla a Rombys, a dar vuelta el penal y a que los dirigidos por Lemoine perdieran la mejor chance de ponerse en partido.
Entonces sí tren se le pasó a los celestes, que no volvieron a tener pelotas de ataque. Siguieron macando con orden, pero el cansancio también los hizo perder la disciplina que habían mantenido en esa segunda parte, y Canadá sumó para distanciarse 28-10, que no se amplió más porque en el cierre otra vez la defensa se paró bien y cerró los caminos.
1. Alejo Corral, 2. Arturo Ávalo (capitán), 3. Óscar Durán; 4. Franco Lamanna, 5. Christopher Soares de Lima; 6. Fernando Bascou, 7. Diego Magno, 8. Juan Diego Ormaechea; 9. Guillermo Lijstenstein, 10. Felipe Berchesi; 11. Gastón Mieres, 12. Rodrigo Martínez, 13. Santiago Gibernau, 14. Pablo Bueno; 15. Jerónimo Etcheverry.
CAMBIOS: Rodolfo De Mula, Sebastián Sagario, Juan Pedro Rombys, Mathías Palomeque, Francisco Vecino, Juan De Freitas, Federico Favaro y Alejo Durán.