Nota: Federico Chans
Se llevó a cabo este pasado sábado en las canchas de Champagnat la décimo tercera edición del Descalzos 2012. Un éxito total, en una jornada donde el rugby se disfrutó de otra manera
El rugby es un deporte que transmite valores, y como tal, merece jornadas donde estos sean reafirmados. A veces, al nivel de la alta competencia, el profesionalismo provoca que tales actitudes como son el compañerismo o el respeto por el adversario queden de lado; por ello una iniciativa como el Descalzos 2012, que invita a jugar y divertirse, es más que positiva para el deporte ovalado.
No por nada el evento llegó en este año a su edición número trece. Hay una clara continuidad de una idea pura y sencilla: aprender a disfrutar el rugby, jugar descalzos, y, tal como es una de las premisas de la jornada: “Sentirse como si se estuviera en el patio del fondo de la casa”.
Para esta edición del encuentro de clubes, organizado una vez más por Champa, la idea era convocar a sus hermanos argentinos, los cuales respondieron de buena manera y trajeron un total de 65 jugadores que formaron tres equipos distintos: Estancias, Pilar y Pacheco (Estancias del Pilar fue la primera sede de la institución y Pacheco es la nueva).
Conscientes de que el número era mucho mayor del esperado, el club uruguayo decidió invitar otros equipos del medio local, tales como Seminario, Cuervos, Cricket, PSG, Lobos, entre otros, y organizar un campeonato unos contra otros, sin campeones, con el objetivo de fomentar la competencia sana. Tras esto, ambos clubes hermanos también disputarían la Copa Buquebús.
Según palabras de Fernando Bogliacino, uno de los encargados de la organización del evento, el fin de semana no acompañó. No por el tiempo, que fue perfecto, sino que por el feriado del viernes la cantidad de chicos que se pudo captar fue mucho menos; pero aún así se contó con la participación de más de 350 chicos en total.
Además, Bogliacino reconoció a quienes hicieron posible el evento. Agradeció a los padres de los chicos por los “famosos desayunos del descalzos”, que son todo un clásico del evento; sumado a la parte de preparar los almuerzos y la venta de cantina. También hubo elogios para las chicas de hockey de Champa, encargadas de hacer tortas, y para las chicas del rugby femenino, que fueron las anfitrionas de los equipos invitados.
Los chicos de M19 tuvieron como trabajo ser los árbitros, y los menores de 17 organizaron el tercer tiempo. Por último, los del plantel mayor trabajaron en todo lo que tuvo que ver con la parte logística del evento, con Javier Franchi como abanderado. Este recuento, sin lugar a dudas, da a entender la disposición de todas las áreas del club por hacer de este encuentro una verdadera fiesta.
Por último, Bogliacino también agradeció a Seminario, que “alojó a los chicos argentinos de manera incondicional y que sin su ayuda esto no hubiese sido posible”. Todo eso sumado a un ambiente de tranquilidad, de chicos divirtiéndose, padres disfrutando del espectáculo, música de fondo, y mucha buena onda que hicieron del descalzos una jornada única. Un evento que invita a disfrutar y quen por el bien del rugby merece repetirse siempre. El rugby es más que competencia y con el descalzos eso queda más que claro.