La Consur recibirá en 2013 la mayor partida en la historia de parte de la IRB: US$ 750 mil. Además, varios países apuntan al seven para acortar distancias y conseguir más competencias y fondos
El rugby de Sudamérica empieza a crecer, y a provocar un movimiento sin precedentes en el continente. Y lo hace fundamentalmente a través del seven, la plataforma que ven todos los países emergentes para acortar distancias y poder estar en poco tiempo en la pelea ante Argentina, Uruguay, Chile y Brasil.
Parte de eso se refleja en el notable aumento de fondos que la Confederación Sudamericana de Rugby (Consur) tendrá para 2013: la IRB le aprobó una partida de 465 mil libras (US$ 756 mil) para hacer frente a toda la nueva competencia y gastos de estructura que se vendrá el próximo año. Significará un 25% de aumento respecto a 2012, cuando la IRB destinó 371.500 libras (US$ 604 mil).
La Consur invertirá esos fondos en los Sudamericanos de Mayores A, B y C de XV, en los de Juveniles A y B de XV, en los repechajes entre ambos niveles para mayores y juveniles y en la competencia Crossborder para Uruguay y Chile, que aún no está confirmada. También en el Sudamericano de sevens masculino y femenino de febrero en Brasil. A su vez, esos fondos se usarán para varios planes de capacitación en todo el continente, que en 2012 llegaron a 60.
Este año se integraron con competencia oficial las uniones de Guatemala, El Salvador, Ecuador y Costa Rica –que ya es miembro pleno-: el reciente sudamericano C que terminó con victoria para los costarricenses. Además, los cuatro han solicitado ser parte del Sudamericano de Seven masculino, que pasaría a disputarse entre 12 selecciones por primera vez en la historia.
A esta altura, ya nueve de los 10 países de Sudamérica están integrados a las competencias oficiales –solo falta Bolivia-, aunque Ecuador aún no es miembro pleno. La entrada de Guatemala, El Salvador y Costa Rica también refleja la decisión de Consur de ir integrando a los países latinos de Centroamérica, y que Nacra reciba a los del Caribe.
En ese panorama de países que se integran y otros que empiezan a profundizar su desarrollo –Colombia, Perú y Venezuela, por ejemplo-, el Seven es el camino por el cual la mayoría de las Uniones empiezan a apostar. El hecho de que sea deporte olímpico, y de las competencias continentales que eso trae aparejado (Panamericanos, Odesur, Juegos de Playa) ha llevado a que las Uniones busquen y consigan apoyos de los comités olímpicos locales. Por ejemplo, en Chile el vice presidente del Comité Olímpico es el ex presidente de Feruchi Miguel Angel Mujica, lo que adelanta una fuerte apuesta por el rugby.
A su vez, ya no es Brasil la única Unión “no tradicional” que empezó a profesionalizarse y a organizar su estructura. Colombia recibirá de la IRB una partida de 25 mil libras (40 mil dólares) para 2013, lo que significa mayor aporte de su historia y aproximadamente el 35% de lo que recibe Uruguay para el alta performance. A eso se le suman fuertes apoyos estatales y del Comité Olímpico, de manera de reforzar la participación en el ciclo olímpico. A mediano plazo eso también significa un dolor de cabeza para Uruguay, para el cual los apoyos del Comité Olímpico son muy modestos, a lo que se suma que el seven no ha sido una prioridad para la Unión.