El equipo del caballito tuvo varios valores que en la final brillaron a gran altura, y le terminaron dando la copa
En una final a todo o nada, Carrasco Polo hizo la diferencia porque aplicó correctamente un plan de juego y tuvo figuras que respondieron a gran altura.
Como lo dijo su DT, el fullback Méndez no dejó picar prácticamente una y siempre jugó rápido del fondo para sorprender y ganar metros, y en muchas oportunidades inició ese juego en el que Polo se adueñó de la pelota en velocidad para luego avanzar de a metro con los gordos .
Etcheverry también fue vital para hacer ese juego con el pie que presionara al azul, y mandarse aprovechando los huecos, como la excelente jugada del segundo try, cuando bancó tackles y corrió 30 metros, para terminar dando una excelente habilitación con el pie cuando se le acababa la cancha. A sus 21 años fue todo tranquilidad, como si se tratara de un veterano. Además, su patada casi infalible es una garantía para el caballito. Por todo eso tiene penamente ganada la distinción de mejor jugador de la semifinal.
También Labat utilizando su velocidad, como en la jugada que motivó el primer ataque de Polo sobre el ingoal de Christians. Recibió una pelota bien jugada y se mando la diagonal a pura velocidad para quebrar la línea de le ventaja. Fue incalcanzable para promover ese juego dinámico del caballito cuando tuvo la bola, y ofició de medioscrum cuando las circunstancias lo requirieron.
Claro, era para cubrir alguna emergencia, porque Matías Aguirre volvió a tener una final consagratoria. Luego que el juez lo advirtió y se puso a jugar, se transformó en pieza clave. No solo por el try, sino porque siempre puso el equipo adelante.
Como en 2008, Laitano volvió a ser fundamental en el line, para robar y ensuciar pelotas. Al igual que Conti, que de a poco se fue convirtiendo en patrón de las formaciones fijas. Y si hablamos de potencia para agarrar la pelota y ganar metros rompiendo defensas, qué mejor decir que Carlos Protasi, una pesadilla difícil de contener para el azul.
La primera línea, y sus recambios, lograron el objetivo de complicar cada scrum de Christians, y forzarlo a tener posesiones que pocas veces fueron claras.
Pero más allá de rendimientos individuales, Carrasco hizo la diferencia porque supo usar el pie, porque presionó bien al rival, le sacó las pelotas de los lanzamientos y en los rucks, y rápidamente se puso en franca posición de ataque. Le faltaron ideas ese primer tiempo para sacar más diferencias, pero con más ritmo terminó liquidándolo en el complemento.