Uruguay jugó de igual a igual y tuvo sus opciones, pero Argentina lo definió en el final para ganar 33-9 y consagrarse campeón sudamericano
Podía ganar si hacía el partido perfecto. Y no lo hizo. A pesar de eso, Uruguay jugó de igual a igual, y a falta de ocho minutos perdía 16-9. Pero Argentina A terminó haciendo valer su potencia y su superioridad física –no más que eso– para ganar 33-9 y una vez más se quedó con el campeonato Sudamericano.
Por eso la sensación ambigua del final, cuando la bronca de los jugadores le ganaba a la alegría por el partido parejo. Hace un tiempo, el trámite tanto a tanto hubiese significado una victoria moral. Afortunadamente, los jugadores se fueron enojados. Y eso marca que los tiempos están cambiando.
Batalla. Los dos lo jugaron desde antes. Argentina porque llegaba golpeado y con la necesidad de una victoria para fortalecer a un proceso profesional que acaba de arrancar. Uruguay, porque luego del trabajo realizado, se encontraba con que podía hacer un partido parejo a este nivel. Y con dos equipos que se jugaban mucho, lo que se vio fue lo que suele ofrecer el rugby actual cuando se definen cosas importantes: poco riesgo, patada y patada, mucha defensa y escasas ideas en ataque. En ese esquema, Uruguay se plantó firme en defensa y en las formaciones fijas –donde complicó permanentemente al scrum rival– y tuvo sus primeras chances de penal. Pero allí comenzó a vislumbrarse que no era la tarde: se perdieron tres penales, dos de Arocena y uno de Etcheverry, que impidieron ponerse arriba.
Así el partido se fue encauzando hacia una intensa batalla física. Y Argentina tuvo su rédito cuando empezó a lastimar a partir de la pelota recuperada. Primero de penal, luego de un balón perdido en el line y, más tarde, en una de las primeras jugadas en las que Los Jaguares pudieron acumular fases con presión. La defensa celeste fue retrocediendo y tratando de cubrir espacios, entonces la pelota salió a la punta y llegó el desequilibrio y el try de González.
Uruguay siguió buscando, aunque pecó de patear demasiado en alguna chance de contragolpear. Y tuvo la más clara: line, ruck y avance con los forwards. Pero la pelota se cayó, no había poste y llegó el contragolpe para el 13-0, que se logró acortar en la última del primer tiempo de penal a través de Arocena.
Llegó el complemento, y Los Teros se animaron. Instalado en cancha rival, Uruguay siguió pateando en demasía, pero también alternó con los forwards y lastimó. Ganó metros en un par de ocasiones, pero le faltó ese extra para conseguir quebrar a la defensa rival, que provocó las infracciones, los knock on y las imprecisiones de pase. Los celestes apenas se fueron con un penal a favor luego de ese dominio –además erraron dos– y quedó la sensación que había dejado pasar su momento.
Entonces, con más resto físico Argentina lo liquidó en los últimos 10. Encima, con la amarilla a Sánchez –una de las figura del equipo celeste– logró 17 puntos más que establecieron un resultado mentiroso. Uruguay perdió y no cambió la historia, pero aún cometiendo varios errores mostró el camino para que las cosas cambien.
URUGUAY Sánchez / Arboleya / Sagario / Fonseca / Protasi / Horta / Barcos / Capó / Campomar / Arocena / Labat / Pastore / Llovet / Gibernau / Etcheverry. DT G. García Porcel
ARGENTINA Bettoll / Guidone / Roan / Aranguren / Pata Curelo / Achával / Guzmán / Pasman / Cubelli / González Iglesias / Merello / Piccaluga / Vega / Agulla / Barrera Oro. DT ,M. Reggiardo
CAMBIOS URUGUAY Alvarez, Campomar, Silveira, Leivas
CAMBIOS ARGENTINA: Di Santi, Narváez, Macome, Bruno, Alcacer, Imhoff y Garzón
CANCHA: Charrúa
PÚBLICO: 5.000
JUEZ: Jaime Vial
PUNTOS: 22’ penal González (ARG), 28’ try González (ARG), 38’ try Merello (ARG), 40’ penal Arocena (URU), 42’ penal Arocena (URU), 50’ penal González (ARG), 70’ penal Arocena (URU), 73’ try González (convertido por él mismo) (ARG), 75’ penal González (ARG), 78’ try Imhoff, (convertido por González) (ARG)
AMARILLAS: Bruno (ARG), Sánchez (URU)