En el mejor partido del año, los All Blacks vencieron en Ellis Park a los Springboks y se consagraron campeones del Rugby Championship 2013
Fue un partidazo. De lo mejor que se ha visto en el rugby internacional en los últimos tiempos. Con dos equipos atacando de todos lados, con el ingoal entre ceja y ceja. Sudáfrica con la necesidad de hacer tries, pero Nueva Zelanda con la grandeza de responderle de la misma manera. En total: nueve tries y un partido de ida y vuelta, en el tanteador en la cancha, que derivó en la victoria final de Nueva Zelanda 38-27 para retener el título del Rugby Championship. Y una interrogante: un partido donde los tries eran mucho más importantes que los penales derivó en un partidazo, lejos del esquema habitual de test marches. ¿No será hora de darle más importancia a los tries en el reglamento?
Desde la primera jugada se había visto la intención: atacar los espacios, patear para presionar y robar, más que para simplemente no jugar en campo propio. Y los espacios aparecieron de movida, primero con un try de Kieran Read, luego con dos seguidos de Habana para pasar al frente, aunque luego se iba lesionado con un tirón muscular.
La lucha en el contacto era tremenda, y también la atención para pescar y transformar pelotas de defensa en pelotas de ataque: por ende, defensas desordenadas que no podían con ataques lanzados. Y por primera vez en mucho tiempo en el rugby de elite, los ataques le ganaban a las defensas.
Dos tries más de Nueva Zelanda, uno de Liam Messam y otro de Kieran Read, pasada la hora del primer tiempo y de pelotas recuperada, le daban la ventaja 21-15 a los All Blacks al irse al descanso.
De todos modos, lo mejor estaba guardado para el complemento: tremendo ritmo, ataque por ataque, con Sudáfrica jugándose todos los cartuchos: primero Le Roux tras larga jugada de lado a lado para ponerse 22-21 y con uno más por amarilla a Messam, luego try anulado de MaNonu, y en la recarga try del capitán De Villiers, para distanciarse 27-21 y ponerse más cerca que nunca del título. Y por todos lados penetraciones, ganancia de la ventaja, pelotas recuperadas, corridas por las bandas: rugby del Super Rugby, pero en un test match.
A Nueva Zelanda le bastaba con un try más para asegurar el título. Y lo hizo: Barret, el juvenil que no había podido detener a De Villiers una jugada antes, quebró en el abierto y puso el 31-27, que aseguraba el título a los All Blacks y seguía sumándole argumentos a la candidatura de partido del año.
Hubo un try más, de Kieran Read y otra vez de pelota recuperada, y muchísimo rugby desplegado, de ingoal a ingoal, al punto que el referee Nigel Owens casi se desgarra y tuvo que ser atendido. En total, el partido del año, y una demostración de por qué los All Blacks son los mejores del planeta.