Decidió separar los seleccionados de XV y VII; participará en el Dubai Invitational de seven y el miércoles recibirá a cinco All Blacks para una clínica en San Pablo
De cara a Rio 2016, el rugby brasileño ha tomado en los últimos tiempos varias decisiones estratégicas. El primer paso es uno arriesgado pero decidido: tras el Sudamericano de Montevideo, la Confederación Brasileña de Rugby decidió separar los planteles de XV y VII. Y más que dejar al seven como plataforma de desarrollo de jugadores jóvenes, hizo una apuesta grande: dividió las máximas figuras entre ambos seleccionados, con los tres cuartos volcados más hacia el juego reducido.
Eso lo pagó en el XV con una amplia goleada ante Portugal 68-0. Sin embargo, en el seven parece otro el cantar: en primer lugar reiteró el viaje a Nueva Zelanda a entrenar con los Canterbury Crusaders, franquicia del Super Rugby que ha establecido un convenio de trabo conjunto, que le ha aportado además los entrenadores a todos los seleccionados de los Tupis.
Además, Brasil participará este fin de semana en el Dubai Sevens Invitational, un evento paralelo al Seven IRB que abre el Circuito 2013/2014, al estilo del que se realiza en Las Vegas, y en el que ha participado en alguna instancia Chile. En Dubai participan varios seleccionados desarrollo, como Bélgica, Túnez (que venció a Uruguay en Hong Kong), Alemania, Emiratos Árabes, Francia Desarrollo y Georgia, además de varios clubes de todo el mundo. Paralelamente, Las Tupis participarán de la primera fecha del Circuito IRB femenino.
Esta semana también habrá novedades en Brasil: cuatro All Blacks llegarán mañana a San Pablo para dar una clínica de rugby: participarán nada menos que Kieran Read, Jeremy Thrush, Beauden Barrett, Julian Savea e Francis Saili.