La charla en ronda al final del partido, fue sugestiva. Pablo Lemoine, en el centro de la escena, le habla al plantel con lágrimas en los ojos, unas lágrimas que se contagió en casi todos, incluido el cuerpo técnico. Lógico, en esas lágrimas estaba la eliminación del Mundial y el fin de un esfuerzo tremendo que el plantel hizo durante todo el año. Pero también, la emoción por el significado de las palabras de Lemoine: a los 35 años, el primera línea de Los Teros se despidió de la selección, y le agradeció a sus compañeros por todo lo que aportaron.

 

Fue un buen final para el ex jugador de MVCC . Porque el final de la eliminatoria de 2007 había sido muy polémico y conversado, y no acorde a la importancia de la carrera de quien fue el primer jugador uruguayo en dar el salto hacia el profesionalismo europeo. Luego había tenido algunas apariciones en la Nations Cup 2008, pero no fue hasta 2010 que volvió a integrarse plenamente, y se ganó ser uno de los líderes del grupo. Aportó su experiencia a un plantel joven, y de la mano con una intensa preparación física para estar a la altura de la exigencia, fue una fuera anímico clave, como lo demostró el repunte que tuvo el equipo en el segundo tiempo de ambos partidos, una vez que Lemoine entró a la cancha.

 

Así, quedó el mensaje que el jugador le dio a sus compañeros, que básicamente consistía en que él ya no estaría más, pero que quedaba una excelente base para el futuro. Un buen final, para un jugador que tuvo muchos choques y polémicas a lo largo de su carrera –incluido un enfrentamiento nunca superado con la otra gran figura del rugby uruguayo, Rodrigo Capó-, pero que se destacó en una galería selecta de la historia del rugby uruguayo, y que merecía un buen final.