Por primera vez en la historia, Uruguay le ganó a Argentina un partido de rugby; sirvió para ganar el Sudamericano de Seven por primera vez en la historia y asegurar el pasaje a Hong Kong 2013
Ignacio Chans-Redaccion Rugbynews. Foto: Frankie Deges
La corrida de Gastón Mieres, cuando corrían 10:15 del segundo tiempo de la final del Sudamericano de Seven ante Argentina, tendrá muchas versiones a lo largo de la historia en los círculos del rugby. Algunos, en 20 o 30 años, dirán que fue de 200 metros, eludiendo a los siete jugadores del rival. Otros, en 50 años, asegurarán que Mieres era un forward de 100 kilos, y no el flaco de patas largas que hoy conocemos. La historia se agrandará, de la manera que se agrandan las gestas que marcan la historia.
O quizás no haya nada que agrandar . Porque el 11 de marzo de 2012, el de la victoria 17-14 ante Argentina en la final del Sudamericano de Rio de Janeiro, fue el día que miles de rugbistas soñaron por años. El día en que un equipo de camiseta celeste, de este pequeñísimo rugby de apenas 3 mil y pico de jugadores, pudiera ganarle al monstruo de enfrente, el que sobre pasa los 50 mil, el que se codea con los grandes. El que es reflejo para el rugby uruguayo, el modelo a seguir, quizás el único deporte en el que los uruguayos miran a los argentinos con admiración y orgullo por sus conquistas.
El triunfo de Los Teros de ayer es todo eso. Es, a la vez, el primer título sudamericano de Sevens en la historia; y la primera victoria en cualquier categoría ante Argentina. Es el segundo título continental, ya que en 1981 se había ganado el Sudamericano de XV, aunque en esa ocasión Argentina no participó del torneo.
Maracanazo
Quizás sea difícil explicarlo en un país futbolero por excelencia, acostumbrado a codearse entre grandes, a ganar títulos sudamericanos por doquier. Pero para el ambiente del rugby, un triunfo como este es un Maracanazo. Una de esas gestas de la que mucha gente pensó que moriría sin ver, porque sencillamente, los argentinos pertenecen a otra galaxia.
Y ante todo, es la demostración que se puede. Lógicamente, la diferencia entre Uruguay y Argentina sigue tan grande como siempre, y quizás nunca termina de acortarse. Sin embargo, los celestes aprovecharon la soberbia de los argentinos, que siempre han guardado jugadores en este tipo de torneos. En este caso, a los alibecelestes le faltaron cuatro o cinco de los jugadores clave, habitualmente titulares en el Circuito Mundial de Seven.
Pero sería muy mezquino explicar la victoria uruguaya por eso. Porque, de entrada, el rugby argentino sigue siendo superior al uruguayo con su primer, segundo y tercer equipo. Es más, en noviembre, el tercer seleccionado argentino de XV venció 87-14 al principal de uruguayo, y esas diferencias siguen creciendo con el tiempo, producto de un rugby que está embarcado en pleno tren hacia el profesionalismo, ante otro que todavía discute cómo reaccionar ante la ola que está cambiando el rugby mundial.
Sería mezquino, también, porque la historia no pide la cédula para ser campeón. Y a partir de ayer, Uruguay es el campeón de América.
El proceso.
Lo de ayer no fue una casualidad. En momentos en que el fútbol comprende la importancia de los procesos largos con un impecable ciclo del Maestro Tabárez, el seven ya lleva cinco años de con Luis Pedro Achard al frente. En ese tiempo, desde el cuerpo técnico se definió –para adentro, a pesar de una dirigencia que muchas veces dio la espalda- una línea clara: el seven debe ser una plataforma de jugadores para el seleccionado de XV, y para el resto del rugby uruguayo. Con ese norte, el seleccionado ha ido achicando el promedio de edad en los últimos torneos, con un rendimiento deportivo inversamente proporcional. Ha ido prescindiendo de los “salvadores” esos jugadores que debían responder en el seleccionado de XV, en el de VII, en cada circunstancia que se los necesitare.
Por todo eso, este triunfo no se logró hoy. Viene de un largo camino, con un grueso de plantel con al menos tres años de recorrido. Que fue alcanzando diferentes logros, como las clasificaciones a las etapas del Circuito Mundial enfrentando a equipos super profesionales, o la próxima instancia en Hong Kong entre el 23 y el 25 de mayo, donde los celestes competirán por conseguir una de las tres plazas anuales en el Circuito Mundial de Seven, “la Fórmula 1” de los 16 mejores equipos del planeta.
De hecho, el principal objetivo que Los Teros venían a buscar en este torneo no era la victoria ante Argentina, sino la clasificación a Hong Kong 2013, lo que consiguieron con la victoria en semifinales 14-7 ante Chile.
Y ahí está, sin dudas, lo más importante: quizás pasen muchos años para que Uruguay vuelva a ganarle a Argentina, porque los argentinos pondrán las barbas en remojo, y comprenderán que deben ir a los torneos sin relegar una sola figura. Pero Uruguay se dio cuenta que puede. Que los de enfrente no son un cuco imbatible. Y ahora, en tres semanas, ante equipos que están uno o dos escalones debajo de esta Argentina, buscará conseguir el pasaporte para meterse definitivamente en la élite mundial del seven, lo que permitiría que esta hazaña sin precedentes se transforme en algo mucho más común.