Tras varios meses de puja entre los de rojo y Escocia respecto al tema de en qué seleccionado jugaría Steve Shingler, el máximo organismo del rugby optó por darle la razón a Gales; al igual que en el fallo original
Finalmente la novela terminó. Haciendo memoria, Shingler es un jugador que, por haber nacido en Gales y haber defendido dicha camiseta en las selecciones juveniles, claramente pertenecía a los de rojo. Idea con la que Escocia (país de procedencia de su madre, donde el juvenil se radicó por varios años, y cuya camiseta deseaba defender), no estuvo de acuerdo.
Ante esta disyuntiva, las Uniones de ambos países comenzaron una férrea pelea en busca de hacerse de los servicios del “galés rebelde”; Pelea que terminó decidiéndose a favor de Gales, ya que la IRB, en ese entonces, le dio la razón a los de rojo.
La réplica de Escocia no tardó en llegar y, prácticamente al otro día, apeló respecto al fallo; acción que reabrió un caso en el que ya quedaba más que clara cual era la postura del organismo internacional: darle la razón al dragón. Podría decirse que fue la “Crónica de una Muerte Anunciada” para el cardo, ya que sus chances de hacerse con el jugador eran efímeras.
Si bien la decisión debería haberse tomada hace ya dos semanas, la IRB optó por postergar dicho tema; ya que su resolución traería importantes repercusiones. Por ello, recién este pasado jueves el caso fue cerrado, cuando el fallo favoreció nuevamente a la WRU. Acontecimiento que le impide a Escocia volver a replicar, ya que agotó sus posibilidades.
En un comunicado posterior que emitió la entidad madre del rugby, se explicó el por qué de lo decidido: "El Comité de Regulaciones del IRB entendió que en la causa Steven Shingler, el jugador está vinculado a Gales, de acuerdo con la regulación 8 y, por lo tanto, no es elegible para representar a otra Unión".
Algunos estarán enojados, inclusive el propio Shingler. Pero este caso ya fue manoseado de más por ambas Uniones y organismos a los que les compete, y los resultados terminaron por ser siempre los mismos. En resumen: Gales festeja, Escocia se lamenta.