A la hora de la verdad, Carrasco Polo sorprendió a todos: fue mucho más que Old Boys y goleó 28-3 para llevarse el título del Torneo Apertura

Era como si Jerónimo Etcheverry fuera Shwensteiger, repartiendo juego. O Protasi como Khedira, ganando la batalla física. O Martín Etcheverry como Klose, dando la estocada final. Como Alemania le pegó en momentos clave a Argentina, y terminó floreándose y goleando, Carrasco Polo creció a lo largo del partido, derrumbó psicológicamente a Old Boys con estocadas sutiles y terminó goleando y liquidando el partido mucho antes del final, para ganar con un sorpresivo 28-3 y festejar el título del Torneo Apertura.

Es que en un partido en el que el caballito llegaba con ventaja porque tenía un equipo mucho más armado, tuvo la enorme virtud de pegar en momentos clave, con golpes rugbísticos pero también psicológicos como para estar siempre arriba durante toda la final. Para demostrar en la cancha y en los puntos la misma solidez de un juego multifácético que lución  en todo el Torneo: de forwards cuando fue necesario, de tres cuartos y pelotas rápidos a las puntas cuando se pudo, de dinámica por el centro de la cancha y generosidad para ir al contacto, ayudar a mantenerla y liberar rápido como norte principal.

El primer try fue a los dos minutos, como para condicionarlo todo. Si se sabía que Polo llegaba con ventaja, el caballito hacía que todo fuera aún más cuesta arriba para su rival.  Pelota robada en el scrum y luego bien jugada a la punta, para que Martín Etcheverry encontrara los primeros espacios en una defensa azulgrana que mostraba todos los ítems que le iban a hacer una tarde difícil de soportar. El más chico de los Etchevery se iba expreso hasta el ingoal, para poner el 7-0 con la conversión de su hermano Jerónimo.

Luego de ese cimbronazo inicial, los dos quisieron y fueron, pero cometieron muchos errores. No conseguían sacar una pelota del line, porque ambos erraban en sus envíos, y a la vez se les iba la primera plataforma de juego prolijo, ordenado y dinámico.

Además, en las patadas se la prestaban mutuamente, y cometían penales que nuevamente les sacaban ritmo. Hasta que Old Boys empezó a tener más posesión y a cuidarla avanzando lentamente. Llegó a un penal, que lo puso 7-3, y erró dos más que hasta podrían haberlo puesto adelante. Old Boys tenía sus oportunidades de sumar sólo por esa vía, porque en lo que era juego, nunca pudo quebrar a la defensa de Polo. La diferencia física era evidente –al azulgrana le faltaron varios de sus forwards titulares-lo que hacía que no pudiera encontrar espacios en el juego corto, y los medios tampoco tenían la claridad para sorprender y encontrar los espacios a espaldas de la defensa del caballito. Eso sería clave, porque, el azulgrana no supo aprovechar su momento, y lo pagó carísimo.

Porque aún cuando Polo se quedó con 14, consiguió llevar el juego a campo rival y sacarlo de su zona de peligro. El primer tiempo se iba con una ventaja 7-3 cortita para Polo, pero el merodear la zona defensiva de Old Boys le daría un penal al caballito, y encima en la última jugada, un gran try de Campomar por el ciego a partir del line le daba un 17-3 (gracias a una monumental conversión de Etcheverry) que casi sentenciaba el partido.

El “casi” se lo sacó en el arranque del segundo tiempo, con otro penal de Jerónimo para poner el 20-3 (producto de un maul imparable para el azulgrana), y luego un try de Vecino tras un enorme kick del 10 buscando el espacio en diagonal, para que el medioscrum que el sábado tuvo su chance como wing entrara a las espaldas de la defensa de Old Boys para poner el 25-3 cuando tan solo ibanm cinco minutios.

La tapa se la pondría Etcheverry, con otro penal que resumía lo que era el partido. Old Boys, golpeado, trataba de entrarle a Polo, que, más cómodo, pateaba y presionaba, y forzaba un knock on, para también ganar en el scrum y generar un penal que Etcheverry transformaba en un trámite para hacerla pasar bajo los palos. La claridad del caballito era tanta como el resultado: 28-5. Quedaban 27 minutos, pero Old Boys no tenía como levantarlo. La cuestión es si al menor podría acortar, o si Polo imprimiría una goleada histórica.

Lo cierto es que no pasó ni una ni la otra. Ya nadie podía dudar de la victoria del caballito, pero en el final le tocó defender, aunque con la tranquilidad de la copa en el bolsillo. El azulgrana fue a buscarlo con muchísima entrega, pero se encontró con un paredón de Polo, que hacía muchos penales pero al final solucionaba todo ganando en el cuerpo a cuerpo para quitarle a Old Boys la chance de sumar, a pesar que los dirigidos por Bado probaban una y otra vez abrir la pelota para encontrar algún huequito. Los penales del caballito le seguían dando argumentos para tener la pelota, pero a su vez la defensa le demostraba a Old Boys que no podría llegar al try de ninguna manera.

 Entonces, como era lógico, llegó el final y el título para Carrasco Polo. Los dos fueron, con luz, los mejores de la primera mitad del año. Pero en la hora decisiva, con la suerte de su lado, el caballito supo aprovecharla al 100% para ser más sólido en todas las líneas. Como lo debe ser un campeón

Carrasco Polo 28-Old Boys 3

Carrasco Polo: Colucci / Avalo / Capó / Protasi / Berchesi / Ormaechea / Campomar / Conti / M. Aguirre / J. Etcheverry / M.Etcheverry / Vecino / Parra  / Labat / Méndez. DT: D. Ormaechea-M. Mendaro

Old Boys: Garat / Pombo / Capurro / F.Pérez / Badano / Salveraglio / Artagaveytia / Gaminara / Albanell / Pereira / de Posadas / Puig / Sagarra / Gortari / Piacenza. DT: J. Bado-I. Naón

Cambios OBC: Gari, Costa
Cambios CPC: Revilla, Aquistapache, S. Sagario, Mariño, Garese, Inciarte

Puntos: 2’ try M. Etcheverry (convertido por J. Etcheverry) (CPC, 31’ penal Albanell (OBC), 40 +2’ try Campomar (convertido por J. Etcheverry), 42’ penal J. Etcheverry (CPC),  47’ try Vecino (convertido por Etcheverry) (CPC), 53’ penal Etcheverry (CPC)
Cancha: Carrasco Polo
Juez: F. Cuesta (ARG), R. Crocci, L. Caviglia
Amarillas: Ormaechea, Voitouret (CPC), Salveraglio (OBC)