Uruguay cayó 65-3 ante Australia, el Nº2 del mundo; se dejó el alma y por momento se peleó, pero las diferencias son grandes y enseñan el camino
Ignacio Chans, desde Inglaterra
Las caras de los jugadores al final del partido dejan tranquilidad. Bronca, impotencia por no haber tenido el premio del try que buscaron los 70 minutos. Sensación de que sufrieron el partido en algunos momentos, cuando no pudieron parar el ritmo de Australia. Pero a su vez, como dicen ellos, esa sensación indiscutible de “salir vacíos”. De dejar absolutamente todo adentro de la cancha. De tacklear como leones, aunque por momentos los australianos fueran una ferraris a las que casi no se las podía ver. Y de lograr emparejar el partido al menos en algunos momentos, contra uno de los grandes candidatos a campeón del mundo. Más arriba no se puede ir, y ahora Los Teros saben lo que es jugar en la cima del planeta rugby.
Si uno lo mira fríamente, lo de ayer de Los Teros es una locura. 27 de 31 jugadores amateurs contra un equipo lleno de superprofesionales, el segundo mejor del planeta, con estrellas que cobran US$ 1 millones de dólares por año, y que están entrenados desde los 15 años para el rugby de alto rendimiento. En cualquier otro deporte sería absurdo, pero no en el rugby, en el que el crecimiento desparejo de los países es la norma, es la única forma de estar en el mundo y seguir creciendo. Y Los Teros plantaron bandera. Solo una cifra: Juan Gaminara alcanzó la locura de ¡15 tackles!
¿A qué viene Uruguay al Mundial?, se preguntará alguno de afuera del rugby. Y la respuesta es sencilla: a esto. A aprender. A ganar roce y calidad de partidos como nunca había tenido en la historia. Mucho más incluso que en 1999 y 2003, cuando el profesionalismo estaba empezando a desarrollarse después de declararse la era abierta en 1995. El rugby de elite es esto: tamaños gigantes, dinámica, velocidad absoluta y un desarrollo deportivo como pocos deportes. Uruguay carece de muchos de ellos puntos, algunos por falta de tamaño, otros por falta de roce, otros por falta de un sistema profesional. En ese sentido el Mundial va será una inversión gigante: permitirá mostrarle al mundo que se está trabajando, y que se tiene lo fundamental: la entrega, la locura por tacklear, las ganas de aprender y de atacar. Con apoyo, mucho de lo otro se puede lograr.
A esto vienen Los Teros. A limarse los hombros a tackles. A sentirse al límite de sus posibilidades, como lo demostraron varios jugadores que entregaron todo su físico. Y se están ganando el respeto del mundo: este grupo de amateurs que no se escudan en ello, y que plantan batalla con sus armas. Porque el objetivo real y palpable del rugby uruguayo en el corto plazo es poder empezar un plan profesional, para achicar las distancias, primero con los del segundo escalón, y luego con estas superpotencias. Mientras tanto, el Mundial da esta posibilidad de jugar contra las estrellas del planeta, y entonces hay que demostrar lo propio hasta el límite de las posibilidades. Y eso Los Teros lo hicieron, y de sobra.
El marcador final fue 65-3. Obvio que duele, porque a nadie le gusta perder por diferencia. Pero a los primeros que les dolió fue a los jugadores, que terminaron extenuados por el esfuerzo y que arriesgaron el físico en cada jugada. Y además, si se ve en perspectiva, el camino está trazado. Las diferencias ya se han logrado acortar en 30 0 40 puntos respecto a 2003. Y ahí está otro de los puntos de construcción.
La diferencia, además de en el score, fue de ritmo de juego. Los Wallabies pudieron imponer ese juego de velocidad total, de liberaciones rápidas, de ángulos de ataque, de pases en el contacto, de juego en las espaldas de los defensas. Uruguay hizo pie en muchos momentos, pero le costó más esa lucha cuerpo a cuerpo que ante Gales casi que se había ganado. Entonces, la pelota fue de lado a lado con una velocidad imparable, y los tries empezaron a llegar. Fue mucho más difícil eso que se había logrado ante Gales y había generado elogios, el tackle abajo, porque la velocidad de manos de los australianos obligaba a trabarlos arriba, y perder metros en el contacto.
Pero Los Teros buscaron. Tuvieron la pelota casi tanto como Australia. Y se animaron a buscar el try. Escrito podrá parecer fácil, pero ante un rival de este porte vale muchísimo. Y muestra el carácter de este equipo.
Se perdió sí. Y se terminó con bronca. Pero se construyó también. Y eso es lo más importante.
AUSTRALIA- URUGUAY
AUSTRALIA: 1) Scott Sio, 2) Tatafu Polota-Nau, 3) Toby Smith; 4) Dean Mumm (capitán), 5) Will Skelton; 6) Ben McCalman, 7) Sean McMahon, 8) Wycliff Palu; 9) Nick Phipps , 10) Quade Cooper ; 11) Drew Mitchell , 12) Matt Toomua, 13) Henry Speight, 14) Joe Tomane ; 15) Kurtley Beale. DT: Michael Cheika
URUGUAY: 1) Mateo Sanguinetti, 2) German Kessler, 3) Mario Sagario; 4) Santiago Vilaseca, 5) Franco Lamanna; 6) Juan de Freitas, 7) Matias Beer , 8) Juan Gaminara; 9) Agustin Ormaechea, 10) Felipe Berchesi; 11) Rodrigo Silva, 12) Andres Vilaseca, 13) Joaquín Prada, 14) Leandro Leivas, 15) Gaston Mieres. DT: Pablo Lemoine
Suplentes URU: 16) Nicolás Klappenbach x Kessler, 17) Carlos Arboleya x Sanguinetti, 18) Oscar Duran x Sagario, 19) Alejandro Nieto x De Freitas, 20) Diego Magno x Lamanna, 21) Fernando Bascou x Gaminara, 22) Alejo Duran x Berchesi, 23) Alberto Román x A. Vilaseca
Suplentes AUS: Sekope Kepu x Sio, Greg Holmes, Kane Douglas x Skelton, Rob Simmons x Palu, Will Genia, Tevita Kuridrani x Tomane
Puntos: 7’ Try McMahon (AUS) 5-0, 9 try Tomane convertido por Cooper (AUS) 12-0,24’ Penal Berchesi (URU) 12-3, 26’ try Mumm (AUS) 17-3,31’ Speight convertido por Cooper (AUS) 24-3,36’ try McCalman convertido por Cooper (AUS) 31-3, 47’ Mitchell (AUS) 38-3, 52’ try Mitchell (AUS) 43-3, 61’ McCalman convertido por Cooper (AUS) 50-3, 69’ Try McMahon (AUS) 55-3, 71’ try Toomua, Kuridrani 65-3
Cancha: Estadio Vila Park, Birmingham
JUEZ: Pascal Gauzere
ASISTENTES: Jaco Peyper, Marius Mitrea
TMO: Graham Hughes