Tras el terremoto de Febrero pasado en tierras neozelandesas, el escenario deportivo parece no estar en condiciones de albergar la RWC
Golpeado fuertemente por el terremoto que se suscitó en Nueva Zelanda hace ya 5 meses, el AMI Stadium de Christchurch se ha visto gravemente afectado. Ya confirmado que los Crusaders no jugarán allí el año que viene, ahora también se habla de que, al no brindar todas las garantías, podría quedarse sin mundial, e inclusive, realizársele una posible clausura.
La preocupación surge en base a que los cimientos del escenario deportivo han quedado sumamente dañados y temen un derrumbe si se lo intenta reparar. Recordemos que, tras la poca participación del equipo local, Canterbury, debido a su cambio de localía, el estadio ya había perdido su sede para la copa del mundo.
Más allá de eso, el fallo no es definitivo. Las autoridades estudiarán detalladamente el caso y harán lo posible por salvar el escenario deportivo.