En una final apasionante el equipo vasco se impuso con lo justo al favorito Toulon, al que terminó derrotando por 21 a 18
Fue un partido de un nivel muy chato, pero que se jugó con el corazón en la boca hasta el final. Lo táctico claramente le ganó al buen juego. Ambos equipos e estudiaron mucho y arriesgaron poco.
La incertidumbre de quién se terminaría llevando el segundo trofeo más importante de Europa a nivel de clubes se viviría hasta los últimos minutos. En la cancha estaban dos equipos franceses que se conocían muy bien, tales como Biarritz, que terminó noveno en el Top 14, y enfrentaba a Toulon, que culminó tercero y era, en principio, amplio favorito para llevarse la copa.
Las condiciones climatológicas adversas solo jugaron para darle un tinte de mayor dramatismo al choque e hicieron más difícil el juego, en el que no hubo tries en toda la tarde. El marcador solo se movió mediante los aciertos a los postes de parte de Dimitri Yachvili y Jonny Wilkinson.
La pulseada terminó siendo para el francés, que con siete aciertos a las haches, obra de siete penales, se transformó automáticamente en el héroe de la tarde para darle a su equipo el título de la Challenge Cup contra todo pronóstico. Wilkinson también hizo lo suyo, pero los cinco penales y el drop que convirtió no le alcanzaron a Toulon para ganar un partido en el que era favorito.
Gran golpe de Biarritz, que se consagra como el mejor de la temporada 2012 cuando nadie creía que esto fuese posible. Con personalidad, fiereza defensiva y mucho sacrificio el equipo de Yachvili es el segundo mejor de Europa, por detrás de Leinster que ganó la Heineken Cup, y de paso se clasificó para la Copa Europea 2012/2013.
Fuente: www.scrum.com