El sueño de definir la Copa quedó por el camino para ambos. Si bien supieron luchar en sus respectivos partidos semifinales, sobre todo Gales, el esfuerzo no fue suficiente para llegar al partido definitorio.

Justamente, los galeses deben haber sido los más afectados por este suceso. Su partido semifinal ante Francia fue realmente increíble. Jugando más de 60 minutos con un hombre de menos por una temprana expulsión, aún así, los dragones supieron hacer un partido muy inteligente. Tuvieron las chances, y si no hubiese sido por la falta de puntería de su capitán, Sam Warburton,  a la hora de rematar a los palos, quizás otra hubiese sido la historia.

Por el otro lado aparecen los Wallabies. Los oceánicos, que clasificasen segundos en su zona tras caer inesperadamente a manos de Irlanda, supieron deshacerse de los Springboks, últimos campeones del mundo, en los 4tos de final en base a una soberbia defensa.

Ya en el partido semifinal ante los poderosos All Blacks, el equipo nunca encontró la llave del partido. En el primer tiempo fue ampliamente superado, y en el segundo nunca hubo reacción ni rebeldía para remontar el resultado adverso. En resumen, perdieron sin objeción por 20 a 6 a manos de su clásico rival y fueron relegados a definir el 3er y 4to puesto.

Respecto a los partidos perdidos de ambos, Gales cayó en dos ocasiones en esta RWC, ambas de manera muy ajustada, y mereciendo algo más. La primera derrota del dragón se daría en la primera jornada de la RWC, a manos de Sudáfrica por 17 a 16. La segunda ocasión sería, ahora si, en la semifinal por un escueto 9 a 8 ante Francia.

Australia ostenta el mismo número de derrotas. La primera seria por 15 a 6 a manos de Irlanda, perdiendo así el primer puesto en su grupo, y la segunda sería propinada por la marea negra de NZ por 20 a 6 en las semifinales.

Respecto a los objetivos, en general esta clase de partidos por el “premio consuelo” no suelen ser tomados del todo en serio por quienes lo protagonizan. Pero los dirigidos por Warren Gatland aseguran que intentarán ganar el match para redondear una RWC que ha tenido a los europeos como una de las gratas revelaciones del mismo.

Apelando a un equipo joven, junto a algunos experientes que supieron guiar a las promesas del rugby galés, los de rojo llegaron a definir hasta las últimas instancias cuando nadie se los imaginaba entre los mejores 4. Gran torneo, que buscarán coronar con un gran final.

Los Wallabies parecen ser el caso contrario. El objetivo era amargarle la fiesta a Nueva Zelanda, pero lejos estuvieron de siquiera hacer fuerza para discutir el titulo. Con un nivel de juego irregular, y apelando en ocasiones más a los errores del rival que a los atributos propios para ganar un partido (Sudáfrica), es que los dirigidos por Robbie Deans nunca terminaron de convencer a lo largo del torneo. Y, al parecer, este partido lo jugarán solo por cumplir con el calendario.

Se espera un partido abierto. Liberadas las tensiones de estar compitiendo por el título mundial ambos equipos arriesgarán muchísimo más y seguramente se vea un partido con muchos tries y buen juego.

El bronce no brilla tanto como el oro, pero al menos es mejor que quedarse con las manos vacías…

Equipos para el partido por el 3er puesto:

GALES: Leigh Halfpenny; George North, Jonathan Davies, Jamie Roberts y Shane Williams; James Hook y Mike Phillips; Ryan Jones, Toby Faletau y Danny Lydiate; Luke Charteris y Bradley Davies; Paul James, Huw Bennett y Gethin Jenkins (c).

Suplentes: Lloyd Burns, Ryan Bevington, Alun Wyn Jones, Andy Powell, Lloyd Williams, Stephen Jones y Scott Williams.

AUSTRALIA: Kurtley Beale; James O´Connor, Adam Ashley-Cooper, Berrick Barnes y Digby Ioane; Quade Cooper y Will Genia; Ben McCalman, David Pocock y Scott Higginbotham; Nathan Sharpe y James Horwill (c); Salesi Ma´afu, Tatafu Polota-Nau y James Slipper.

Suplentes: Saia Fainga´a, Ben Alexander, Rob Simmons, Radike Samo, Luke Burgess, Anthony Faingaa y Robert Horne.