Old Christians y Old Boys regalaron una gran final, que se la llevó Christians porque no falló en el momento justo
Fue una hermosa final. Quizás no bien jugada en cuanto al volumen de juego ofensivo, pero si en cuanto a la intensidad, la garra, y la defensa que metieron. Podría haber sido para cualquiera, pero uno se la tenía que llevar. Y fue Old Christians, sencillamente porque jugó donde tenía que jugar y cuando tenía que hacerlo, hasta aprovechar un error de Old Boys traducido en un penal, que Andrés De León transformó en el 14-11 con el que el azul se lleva la doble triple corona.
Fue un premio a más que un partido ganado. Porque ayer Old Christians ganó su segunda doble corona consecutiva, al consagrarse campeón en Intermedia y Preintermedia, un logro sin parangón en el rugby uruguayo. Premio a una institución que trabaja a conciencia, que tiene un plantel de más de 80 jugadores, al punto que el año que viene ya planifica hacer un cuarto, de Preintermedia B. Que se plantea una filosofía de disfrutar por sobre ganar, con el triunfo como objetivo pero no meta donde se acaba todo. Esa visión integral, esa obsesión porque el club le deje algo más a sus jugadores, es el sustrato que se esconde en esos tres títulos en un día, y seis en dos años.
Old Boys había empezado mejor, Y hasta quizás, si se compara el volumen de juego ofensivo a lo largo de los 80 minutos, el azulgrana haya sido más. Pero Christians metió defensa cuando tenía que hacerlo, uso el pie cuando debía y puso el juego en el terreno donde necesitaba esperando que su rival fallara.