Cooper, en el ojo de a tormenta

Debido a actitudes anti disciplinarias con los Wallabies, el apertura fue advertido por la ARU, la cual lo amenazó con un castigo severo si se repite el problema

A veces es mejor callar y ser prudente. No siempre lo que se dice es visto con buenos ojos por los demás, y eso es algo que Quade Cooper debería haber tenido en cuenta antes de decir todo lo que dijo.

Hace menos de un mes, cerca del final del Rugby Championship 2012, el internacional había dicho que en el plantel Wallabie se respiraba “un aire tóxico” y que se negaría a jugar aunque fuese llamado, porque el equipo lo estaba “destruyendo como persona y jugador”.

Esto no pasó desapercibido en la Australian Rugby Union, donde un tribunal independiente, especialmente formado para este caso, analizó la situación y consideró que el jugador había quebrado los códigos de conducta impuestos en el seleccionado. Por ende, lo mínimo que podía recibir como castigo era una sanción.

El castigo no fue muy leve, pero tampoco tan grave como se esperaba que fuese por tales acusaciones: el apertura permanecerá tres partidos fuera de los campos de juego, y también deberá pagar una multa de 40.000 dólares; pero vale destacar que este castigo solo se aplicará si el internacional vuelve a desestimar los códigos de comportamiento en el plazo de los próximos dos años.

Actualmente Cooper aqueja una lesión en una de sus rodillas, por lo que la sanción no lo habría afectado en caso de que estuviese a la orden. Sin embargo, y dolido por ese quite de la confianza que la ARU tuvo con él, el internacional consideró que: «Tuve una audiencia justa y reconozco que caí debajo de los standards que se esperan de mí como un Wallaby. Quiero focalizarme en el futuro y estoy determinado a recuperar la confianza que las personas pusieron sobre mí».

Fuente: www.scrum.com.ar