Los temores eran de una goleada, pero el 6-13 ante los Sprinboks reactivó la confianza de Los Pumas, además Australia tuvo para ganarlo ante los All Blacks pero empató 12-12

Daniel Horucade y la nueva era de Los Pumas consiguieron mucho crédito el sábado en Pretoria, en el arranque del Rugby Champinship: en un escenario que sólo planteaba dudas y el temor a una goleadas, Argentina se hizo fuerte. Y aunque no le alcanzó para una victoria y un empate, y la era de las “derrotas dignas” ya está agotada para los argentinos, la caída por 13-6 ante los Springboks dejó más cosas positivas del lado del perdedor que del ganador. No sólo en lo anímico, en el juego Los Pumas mostraron su punto más alto en aspectos que no siempre fueron los mejores, como la defensa del line o las pelotas recuperadas en los rucks. Es cierto que la lluvia jugó un peso importante para emparejar las acciones, pero Argentina encontró el partido ideal para volver a confiar en sí mismo.

Y eso que el arranque de Los Pumas no podría haber sido peor: line de Sudáfrica al minuto, juego por el ciego tras una mala marca de los backs argentinos, 2-1 a Landajo y el try de Ruan Pienaar: 7-0 y los fantasmas del 73-13 de 2013 que aparecían de movida.

Pero bajo un diluvio impresionante en Pretoria, el equipo argentino empezó a afirmarse. Quizás sea una ironía lo de afirmarse, porque la cancha estaba imposible. Pero Los Pumas encontraron su superioridad en el scum, llevando hacia atrás al rival y consiguiendo un penal para descontar pero además para volver a ganar confianza tras el peor arranque imaginable.

A partir de ahí Argentina no volvió a traducir en puntos la superioridad en el scrum, en parte por la ansiedad que lo llevó a un par de prepush y un penal que Sudáfrica transformó en el 10-3. Pero sí empezó a ganar el duelo con el pie, sobre todo los kicks posicionales para ir a jugar a campo rival. Porque además lo conjugó con un gran trabajo en los lines rivales, donde le robó tres pelotas al rival. También estuvo firme en los rucks, donde recuperó un par de pelotas. Pero todo eso no pudo conseguir traducirse en el tanteador.

En el segundo tiempo no llegó el bajón argentino, que de hecho, tras un penal por bando, lo fue a buscar, y presionando las salidas de Sudáfrica tuvo dos chances para conseguir el try del empate, pero dos knock ons de Creevy y Alemanno se lo impidieron. El partido se fue con un Sudáfrica pidiendo la hora y Los Pumas atacando, en un balance muy positivo para los argentinos.

Más temprano, en el partido que abrió el torneo, Australia tuvo la oportunidad más grande de los últimos tres años para vencer a Nueva Zelanda, pero no supo cómo. Los All Blacks empezaron mejor sacándole el ritmo a estos renovados Wallabies, y supieron jugar mejor en el contacto para distanciarse con penales.

En el segundo tiempo Australia le encontró la vuelta jugando mejor con el pie y presionando al fondo de los All Blacks, y aunque lo igualó con penales no pudo encontrar el try que hubiese significado una victoria histórica.