Los Teros fueron superados de principio a fin por Rumania que lo venció 40-0 en la Nations Cup
Ignacio Chans-Rugbynews
Los Teros sufrieron una derrota dura, la más amplia del año, entre el martes y miércoles por la Nations Cup. En un partido que se jugó en 24 horas producto de la lluvia y la tormenta eléctrica, Uruguay cayó 40-0 ate el local Rumania. Ante todo, se vieron completamente dominados por un rival que fue superior en todo departamento del juego.
Antes y después del corte por tormenta, Rumania impuso las condiciones físicas. Ante todo fue superior en el uno a uno, ya sea cuando Uruguay defendía o atacaba. Eso obligó al equipo celeste a retroceder, y a estar abajo en el score desde temprano, cuando un try en el juego corto desde el line y maul le daba la ventaja a los locales 8-0.
Uruguay intentó hacer el juego que le venimos viendo todo el año: juego rápido de pelota y búsqueda de espacios. Pero para eso se necesita primero obtener, luego establecer al menos una lucha pareja en el uno a uno físico, luego proteger la pelota en el contacto y el breakdown para liberar rápido y encadenar las siguientes fases, cuando no jugar offloads que lastimen a las defensas.
Bueno, nada de eso salió. Porque en el uno a uno generalmente se fue hacia atrás, o porque los rumanos tuvieron mucha facilidad para trabar la pelota arriba. Cuando se fue al piso, mantener la posición en el breakdown fue un suplicio. Cuando se logró sacar, la presión defensiva de Rumania generó pelotas perdidas o knock ons. Así, el juego ofensivo que se vio en el amanecer del partido se fue diluyendo.
Pero además, Los Teros ni siquiera pudieron recurrir a las formaciones fijas para obtener y recuperar la pelota y, sobre todo, la confianza. El scrum fue casi siempre para atrás, aun cuando jugó con uno más. El line nunca obtuvo, más por errores propios que por virtudes ajenas. Con obtención nula, el trámite se fue haciendo cada vez más duro, y los tries se fueron acumulando.
Uruguay nunca desistió de su intención de jugar. Con el score cada vez más en contra, siguió buscando. No tuvo plan B, aunque ya no tenía margen para buscarlo. Y la lógica en contra se siguió dando en cada departamento de juego. Así, en realidad los tries no terminaron llegando tanto desde los errores defensivos –que los hubo en al menos tres tries, defendiendo el maul o en la defensa del abierto- sino en el desgaste que daba buscar jugar siempre en campo propio, no poder avanzar y perder la pelota. De hecho, Uruguay casi no pudo cruzar la mitad de la cancha en el segundo tiempo, y el cambio de lluvia por sol pareció venirle mal, a diferencia de lo que podía pensarse teniendo en cuenta el nuevo estilo celeste.
Los puntos se acumularon, y en el final el equipo apreció quebrado, lo que facilitó los dos tries finales rumanos. Fue demasiada diferencia ante un rival directo en el ranking, que está ubicado en el nivel que se busca alcanzar en rugby internacional, y que no parece mucho más que Fiji Warriors o Argentina XV, rivales contra los que Uruguay logró hacer partidos parejos. Habrá que buscar respuestas, recuperar la intensidad de juego, la identidad y la convicción de la mayoría del año, y recuperarse para el sábado, donde hay otra final por el ranking ante España.