La organización Rugby sin Fronteras, con la presencia del presidente de la URU Gustavo Zerbino, jugó un partido en Robben Island, la cárcel donde Nelson Mandela estuvo preso 18 años
La organización Rugby sin Fronteras dio el fin de semana un paso más en su histórica carrera: realizó un tributo a Nelson Mandela, con un partido de rugby nada menos que en Robben Island, la prisión donde el líder sudafricano permaneció recluido durante 18 de los 27 años preso, antes de salir y convertirse en presidente de su país, dando un mensaje de unidad que se coronó con el título de los Springboks en el Mundial de Sudáfrica 1995.
El hecho fue muy especial, además, porque se trató del primer homenaje que el rugby le hizo al hombre que dejó los prejuicios atrás, para ponerse la camiseta de los Springboks y dar una asombrosa muestra de unidad tras décadas de apartheid.
Del evento participaron varios rugbiers destacados, como Marcelo Loffreda, quien formó parte del equipo Sudamérica XV, que realizó una gira a Sudáfrica en 1982, cuando todavía regía el apartheid y quien también disputó el Mundial del 95, evento a través del cual Mandela se valió del rugby como una herramienta de pacificación y unificación para una nación que tenía profundas heridas.
También estuvo el presidente de la Unión de Rugby del Uruguay, Gustavo Zerbino, quien además es secretario de Rugby Sin Fronteras. Otros participantes fueron Jorge Dartiguelongue, Puma del 65 que sacó su camiseta que estuvo colgada en un cuadro en su club San Martín durante 43 años, para jugar el partido con el mismo uniforme que utilizó en Sudáfrica en el año 65, cuando hacía un año que Mandela estaba preso; Marcos Julianes fundador y referente de Virreyes Rugby Club.
Junto a ellos s destacó la presencia de John Carlin, periodista y escritor inglés autor del Factor Humano (que fue llevado al cine pro Clint Eastwood en Invictus), y del documental El Jugador 16.
“Queremos homenajear a Nelson Mandela por su compromiso con la paz y la unidad. Nos parece muy significativo hacerle un tributo desde el deporte que él utilizó como estandarte para unificar a un país dividido”, señaló Juan Bautista Segonds, fundador y presidente de Rugby sin Fronteras (RSF).
El resto de la delegación está compuesto por Martín Monte y Mario Saucedo de Usuhaia; Martin Lang, Representante de Mastercard; Marcelo Deambrosi de Mendoza. Daniel Posse. Martin Chielli, Hugo Daniel Gutierres, Frannsisco Nevares, Ulises Casado; y los miembros de la Fundación Juan Bautista Segonds, Gustavo Zerbino, Ricardo Villar , Gerardo Carro, Fernando Vela, Alejandro Ocampo, Sibel Garrido, Gerardo Merello, Gonzalo Prados y Juan Pablo Filtrin.
La Fundación ya había tenido varios encuentros significativos, entre ellos un partido entre ingleses y argentisso en las islas Malvinas, otro en Chile tras el terremoto de 2010, y otro entre argentinos y Uruguayos a ambos lados del Puente General San Martín, en plena crisis bilateral por la instalación de la planta de Botnia.
Luego del partido, llegó el momento más impactante: los jugadores pasaron la noche en Robben Island durmiendo en las celdas que ocuparon Nelson Mandela y otros presos políticos. En su regreso a Ciudad del Cabo le entregaron la pelota del match a uno de los nietos del líder.
La palabra de Zerbino
“Fue una experiencia extraordinaria poder estar en ese lugar histórico en el que Mandela estuvo preso durante 18 años en una celda de 1,50 x 1,50, con una sillita, un tacho de baño y que dormía en el piso. Fue realmente emotivo porque vimos las caras de luz y paz que tiene esa gente, cero resentimiento, amor incondicional. El hombre rompió los círculos viciosos para transformarlos en círculos virtuosos”, explicó el propio Zerbino a El Observador.
“Jugamos con un compañero que estuvo en la cárcel con él que se llama Ntozo Talakumeni que tiene 68 años y jugó de medio scrum. Su número de preso era el 58/86. Otro que se metió en el partido fue el escritor inglés John Carlin. Se le caían las lágrimas al hombre cuando nos contaba anécdotas de Mandela”, recordó Zerbino. “Cuando terminó el partido, le enviamos con el nieto la pelota del partido y una camiseta”, explicó Zerbino.