Old Boys jugó como para perder, pero Los Cuervos no supo aprovecharlo: victoria 17-16 del campeón para clasificar a semifinales
Ignacio Chans-Redacción RugbyNews
Difícilmente Old Boys podría haber sufrido más para llevarse el cuarto de final ante Los Cuervos. Es más, si me apura, Los Cuervos hizo más mérito, porque remontó desde atrás, jugó mejor la segunda parte y tuvo al menos tres chances de darlo vuelta con penales.
Pero Old Boys sobrevivió. Estuvo contra las cuerdas y, sea como sea, pudo meter un penal en un segundo tiempo que no le salió nada, y defender en el cierre para lograr la victoria 17-16.
El azulgrana tiene una vida más. Tuvo todo para perderlo, pero vivió. Y eso, siendo el campeón, es mucho. Suficiente como para que al resto le quede girando en la cabeza.
Fue un típico partido definitorio, lejos del nivel que mostraron en el año, con el agravante del largo parate por la actividad de la selección: obtención desprolija, errores de manejo e indisciplina que le regalaron penales al otro. Así y todo, al azulgrana le alcanzó para dominar en el primer tiempo: tuvo más la pelota, y de ratos agarró cierto ritmo, liberando rápido y buscando abrir la pelota para encontrar espacios. No tuvo demasiada suerte ni lastimó demasiado, pero le alcanzó para sumar un par de penales para ponerse 6-3 arriba, porque Los Cuervos había tenido la primera y se había arrancado 3-0. Tuvo alguna chance más, pero jugó un penal rápido y erró un par de chances de penal.
Dicen que el rugby moderno son momentos, y el secreto está en saber aprovechar los propios. Old Boys le había sacado poco partido a su momento. Pero curiosamente, fue cuando llegó el momento de Los Cuervos que el azulgrana pudo sumar su único try: la visita tenía la pelota e intentaba penetrar jugando fases con control, pero llegó el robo de Jolivet, que corrió media cancha y jugó a la punta para Gaminara y este para Pastore, que terminó apoyando el 11-3. Otra vez los momentos, y ahora sí Old Boys que aprovechaba: penal de Albanell para distanciarse 14-3 y dar la sensación que, sin ser un lujo ni mucho menos, tenía el partido medianamente controlado, porque a los de negro le costaba hacer daño.
Los Cuervos por fin encontró la vuelta para dominar en el final de la primera parte. Mejoró un poquito la obtención en el line –en el scrum no pudo en todo el partido-, y empezó a merodear el campo rival. Como Old Boys un rato antes, sin claridad, pero con la virtud de jugar en campo rival. Sumó un penal y luego un try en la primera clara que tuvo: scrum, pelota a la punta, Prada que acumula dos en el contacto y juega con Lewis, que se saca a otros dos para apoyar bajo los palos y cerrar el primer tiempo con un 14-13 que dejaba todo abierto.
El segundo tiempo fue de Los Cuervos, desde que sumó un penal de Janssen para pasar. Tuvo mucho más intensidad defensiva pata tacklear y pescar y pasar de jugar en las 22 propias a campo rival. Old Boys hacía un penal tras otro, pero el de Mendoza no aprovechaba el momento para sacar ventajas definitivas, y erraba dos penales más –uno factible y otro lejano- para dejar escapar una chance de oro.
Es que el azulgrana, como ese boxeador lleno de golpes que en el round 11 empieza a tirar sin técnica ni orden, pero tira, salió a buscarlo. Nunca encontró el ritmo de pelota que lo caracteriza, el vértigo por afuera, la potencia por adentro, el juego en el contacto. Conseguía algún penal que le permitía ir al line, pero tampoco le funcionaba una de las armas de su ADN. Parecía que tenía una ventaja en el scrum, pero tampoco lograba traducirla en puntos. Hasta que consiguió un penal por offside frente a los palos, que Albanell, transformó en el 17-6 a falta de 10’.
Los Cuervos también tuvo su última chance. Jugando cuadrado, en corto, sin riesgo pero manteniendo la posesión a pesar de la presión de Old Boys, obtuvo un penal casi por inercia. Era la chance de Prada, pero el Tero que arrancó la hazaña de la clasificación hace dos semanas no estaba en su tarde. Pudo ser también con un dropd e Del Castillo, pero se quedó corto. Lo tuvo en sus manos, pero lo dejó pasar. Y Old Boys, que estaba contra las cuerdas y pronto para el golpe final, sobrevivió. Y le pasó un mensaje a sus rivales: el campeón está vivo.