Pasaron 35 años hasta que Old Boys volvió a festejar el título de Campeón Uruguayo tras ganarle 19-12 a Carrasco Polo en un partido para el recuerdo
El día que cambió la historia
Por Ignacio Chans-Fotos: Victoria Acuña y Jimena Montgomery-Redacción Rugbynews
Ahí están Juan Campomar y Agustín Pereira, abrazados y largando las lágrimas de emoción. Ahí se ve al Negro Bado, levantado en andas mientras sus jugadores le ofrecen el “que de la mano, del Negro Bado….”. Ahí están los veteranos del 75, y también los de antes y los de después. Los Baldomir, los Cardoso, todos los grandes jugadores que estuvieron en la cancha al lado de los más veteranos de este plantel y nunca pudieron levantar la copa. Están también los Pérez del Castillo, Core, Caorsi o el capitán Pastore, que arrancaron la temporada y se tuvieron que perder el resto por lesión. Están los veteranos de las sillitas, esos que todos los fines de semana en que Old Boys es local se sientan en el terraplén que da al fondo del club, para alentar al equipo, discutir jugadas y estrategias de los DT, pero sobre todo para mantener la amistad y el amor por el rugby.
Ahí está Old Boys, campeón Uruguayo después de 35 años. Llorando y riendo al mismo tiempo, sacándose la rabia contenida por tantos años en que la gloria quedó a un paso. Sin darse mucha cuenta del paso histórico que acaban de dar, pero captando algo de lo mágico del momento cuando un veterano de 50 años pasa, abraza a Martín Crosa y con lágrimas en sus ojos le dice: gracias.
Ahí está Old Boys, ese equipo al que alguna vez se criticó por pensar más en divertirse que en ser campeón, como si eso fuese pecado. El equipo que hace alrededor de 10 años se puso una meta, y empezó a trabajar hacia ella, con los Invernizzi, Bordaberry, Cat, Bado y algunos otros como DT, construyendo de a poco el camino. Es podría haber llegado antes, pero se le negó por muy poco en 2007, 2008 y 2009.
Y quizás se les negó por algo. Como si el destino hubiese tenido todo preparado, y quisiera dárselo de la manera más increíble. Porque el partido de ayer fue el ideal para terminar celebrando un campeonato, para que, dentro de muchos años, los jugadores le cuenten a sus nietos la batalla de la que fueron protagonistas.
Seguramente los detalles se agranden con el tiempo, como esos cuentos que se van transformando en leyenda. Pero seguirá siendo cierto que ese 25 de setiembre Old Boys fue a buscar el partido aún con viento en contra, porque sus forwards fueron los leones que aparecen en los escudos de sus camisetas, y crecieron en entrega los centímetros que tenían de desventaja con el tamaño de los forwards de Polo, para dominar el scrum y el maul, a través del cual llegó el primer try a los treinta y pico. Luego tuvieron que volver a remontar, porque Polo volvió a pasar de la mano de un jugador diferente como Jerónimo Etcheverry, que aprovechó dos chances difíciles de penal, con los que Polo le sacaba una péquela ventaja a un Old BOoys que cortaba todos los caminos al ingoal.
Pero los leones de Old Boys aceptaron el desafío en el arranque del complemento. Sitiaron a Polo cuando tuvieron viento a favor, y de tanto machacar llegaron al try de Santiago Vilaseca, el jefe de la manada de leones en los forwards.
Obvio que lo que no cuesta no vale tanto. Peor a veces, cuando la historia tiene ganas de aparecer en serio, se hace la viva y pone el listó más alto aún. Por eso decidió que Old Boys se quedara con dos menos, por una amarilla a Gortari y otra a Chapi Campomar. Estaba para el golpe, ante un Polo que no dejaba de luchar, dignificando el triunfo azulgrana.
El caballito sumó un penal, que lo puso a apenas tres. Era el momento que la historia de siempre, la de losn19 títulos en 20 años volviera a hablar. Pero… siempre hay un momento que el cuento cambia. Ese momento, más allá de la explicación espacio-tiempo, apareció en el hueco que vio a Martín Crosa. Que solo vio Martín Crosa, ayudado por la historia. Ese hueco entre los dos hombres de Polo que le permitió recuperar un pase rival, robar y correr solo, muerto de risa, hasta el ingoal, para volver a sacar ventajas de 19-9 a falta de 10.
Pero si bien había suficiente material ya para el libro de historia, aún faltaba un capítulo. El del campeón herido, que tira su último golpe en busca de retener el cinturón, y que, lleno de machucones, no se entrega y se vuelve a poner a tres puntos para quedar siete. Y arrincona al rival, y corre cada pelota, y provoca lines y scrums en las últimas cinco de Old Boys, y alienta para darlo vuelta. Y el azulgrana aguanta como puede, y mete tackles salvadores que impiden el último pase que lleve al try de Polo. Y quedan 30 segundos, pero el juez dice que quedan siete minutos. Yo se acaba más, y los veteranos de las sillitas que se les pasa su carrera entera por la mente, y que están a 30 segundos de la historia y ya no se puede dar marcha atrás y…
Y el tiempos e detiene, en los instantes entre que el juez pita un penal de Polo por retener, y aparece una pierna para patear afuera. Ese instante eterno en que se escucha el silbato final el del 19-12, y el destino termina de escribir su novela histórica. Old Boys campeón, otra vez.
Old Boys 19-Carrasco Polo 12
CPC: Colucci / Ávalo / Capó / Protasi / Berchesi / Aquistapache / Ormaechea / Campomar / M. Aguirre / J. Etcheverry / M. Etcheverry / Labat / Parra / Gibernau / Méndez. DT: Ormaechea-Mendaro-Amarillo
OBC: Gari / Rocco / J. González Lerena / Imaz / Ameglio / Gaminara /Bordaberry / S. Vilaseca /Campomar / Pereira / Crosa / Albanell / de Posadas / Gortari / Piacenza. DT: Baso-Naón
Cambios Carrasco Polo: Sánchez, Ortiz, Vecino, R. Martínez
Cambios Old Boys: Murdoch, J. A. Pérez, Salveraglio
Cancha: Country Los Teros
Juez: Marcelo Pilara (Argentina), Rodolfo Crocci, Juan Casini
Puntos: 34’ try de maul (OBC), 39’ penal J. Etcheverry (CPC), 40’ penal J. Etcheverry (CPC), 50’ try S. Vilaseca (convertido por Albanell) (OBC), 67’ penal J. Etcheverry (CPC), 69’ try Crosa (convertido por Albanell) (OBC), 72’ penal J. Etcheverry (CPC)
Amarillas: Protasi y Aguirre (CPC), Gortari y Campomar (OBC)