Como siempre se dice, todo ciclo tiene un final. Sin importar que este haya tenido un gran éxito, a la hora en que las cosas no salen, los resultados no se dan, o no se logran los objetivos planteados al principio, casi siempre se resuelve de la misma manera: el ciclo llega a su fin.

El deporte son momentos, se compite por ser el mejor siempre, y no siempre se puede cumplir con dicha condición. Tal y como le sucedió en esta RWC a unos Springboks que se vieron eliminados rápidamente en los 4tos de final a manos de una poderosa Australia, que le dejó bastante gusto a poco a un campeón defensor que confiaba en poder lograr más en esta nueva cita.

Uno de los referentes que dio la cara fue el capitán del equipo, John Smit, que manifestó estar dolido por esta eliminación y sorprendió planteando que su ciclo con los Boks llegó a su fin, tras disputar 111 tests.

Más allá de que en el último tiempo había sido objetivo de críticas por la prensa de su país debido a la competencia interna que mantenía con Bismarck Du Plessis en el puesto de hooker, nadie deja de reconocer la calidad que lo caracteriza. Los Boks pierden mucho con su despedida.

Por su parte, Peter de Villiers, entrenador del equipo sudafricano, seguiría el camino impuesto por el jugador. Consultado respecto a su futuro, el coach manifestó que este también parecía ser su final al frente del equipo. Si bien su ciclo fue positivo, el entrenador no pudo repetir lo que lograse Jake White 4 años atrás al lograr el título Mundial con los de verde.

Con 54 años, de Villiers también había sido objetivo de las críticas a lo largo del último año. Los malos resultados obtenidos (último en el 3N de este año), junto al inconformismo de muchos por la decisión del técnico de citar a varias de las ya veteranas figuras que obtuviesen la cornoa en 2007, fueron algunas de las razones que contribuyeron para su adiós.

Fuente: Rugbytime.com