Los de Punta Carretas le dieron un paseo a Christians: ganaron 35-6 y y tienen el tercer lugar para los playoffs
Si hubiese que definir la sensación general cuando caía la tarde en cancha de Champa era perplejidad. Porque el partido
era caliente, parejo, con antecedentes de rivalidad dura. Y porque 80 minutos después, el duelo se había saldado con una paliza inesperada, pero totalmente justa. Champa aplastó a Christians. Sumó su sexta victoria y de no haber sido por la quita de puntos que
sufrirá, hubiese quedado en lo más alto de la tabla. Pero sobre todo, se demostró a sí mismo que tiene equipo para ser campeón. Y que si resuelve ese obstáculo mental que tiene con Polo, puede ser el gran candidato a llevarse el título. Los de Punta Carretas dominaron
en todo. En lo estrictamente rugbístico ganó en todas las formaciones, propuso el juego, aprovechó los baches del rival, mantuvo la concentración y la actitud ganadora durante los 80 minutos. Y la diferencia no fue mayor porque en el primer tiempo le faltó serenidad y orden para organizarse en ataque. Desde el arranque el franjeado dominó la batalla de los forwards, peleó los lines azules y le ganó toda la tarde en el scrum. Pero se complicó en la salida de los rucks, y a la hora de concretar confundió rapidez con apuro. Del otro lado, nada. De nada. Con decir que Christians no atacó en todo el primer tiempo, y sus puntos vinieron por un penal lejano y un drop de la mitad de la cancha de Arocena. Es cierto que tuvo muchas bajas, pero fue un equipo sin ideas, sin fuerza en los forwards para ganar posiciones, sin la frescura de los backs para aprovechar espacios. Apenas quedaba algún intento de Arocena, que rápidamente se diluyó. Y lo peor, poca intensidad defensiva, que hacía que Champa armara su juego ofensivo con libertad. Así el franjeado se fue al descanso ganando 13-3, y con la sensación que había perdido una buena chance para marcar diferencias más claras. En la primer jugada del primer tiempo pareció que las cosas cambiarían. Entró Juan Martín Llovet, y de movida fue a buscar a Peyrou y lo bajó de un tackle. Parecía que la marca de Christians, liderada por su capitán, podría dar batalla. Pero se acabó allí. Apenas un atisbo, en los únicos 10 minutos que Christians propuso, con velocidad y precisión en los pases, hasta que una mala definición de Arocena en el último pase impidió que la leve remontada terminara en try. Después Champa volvió a ser Champa. En defensa tuvo una firmeza
encomiable, y poco a poco fue ganando metros y ganando rucks para imponer condiciones, con Caffera y O’Brien claros para decidir por donde lastimar al azul. El segundo try llegó por un line que terminó en try de maul, luego vino otro tras interceptar una salida de Christians, y luego una avivada de Pablo Bueno (imbancable durante toda la tarde) para robar una pelota y correr toda la cancha sin marca, para establecer el 36-5 y para cerrar una demostración de fuerza de un candidato serio.