Empataron 13-13 en un partido que originalmente debía ser para pelear por el campeonato, pero que dejó a los galos a un paso del último lugar
Con aires de despedida y de final de una época, la selección irlandesa de rugby empató hoy con Francia en Dublín (13-13) y, a falta de una jornada para la conclusión del Seis Naciones, mandó a los galos a la lucha por evitar la cuchara de palo.
El «XV del gallo», que no acaba en la última posición desde 1999, se jugará su prestigio en la última jornada en París ante Escocia, que acumula dos victorias.
Sin opciones ya de ganar el Seis Naciones, los hombres que dirige Declan Kidney quisieron despedirse esta temporada con un buen sabor del Aviva, lleno para ver, quizá por última vez, a dos de sus jugadores más emblemáticos, Ronan O’Gara y Brian O’Discoll, de 36 y 34 años, respectivamente
Aunque solo son rumores, los medios apuntan a que los principales representantes de la generación de oro del rugby irlandés podrían abandonar el equipo de cara a la próxima campaña para dedicarse exclusivamente a jugar en sus clubes.
También el técnico Kidney, muy cuestionado, necesitaba una victoria para seguir en el cargo, después de los dos últimos fracasos en choques plagados de errores y graves deficiencias en los aspectos del juego a balón parado.
Con tantos elementos emocionales sobre el césped, el tempranero try de Jamie Healip contribuyó a templar los nervios de los locales.
El «ocho» irlandés necesitaba, además, reivindicarse y acallar las duras críticas que ha recibido por su supuesta falta de liderazgo, capacidad de decisión e idoneidad como capitán, puesto que recogió esta temporada de O’Discoll, el mejor jugador de la historia en Irlanda.
La conversión siguiente corrió a cargo de Paddy Jackson, quien también tenía mucho que demostrar en su segundo partido como internacional, después de la desastrosa actuación con el pateo que sufrió la pasada semana ante Escocia en Edimburgo.
Lo que demostró el joven medio apertura irlandés fue carácter para volver a la escena del crimen y convertir dos penaltis más antes del descanso y sumar 13 puntos, frente a los tres de los visitantes que lograron a través de la botas de Frederic Michalak.
No volvería a anotar el «XV del trébol» en la segunda parte, cuando los hombres que dirige Philippe Saint-André se impusieron poco a poco a base de fuerza bruta, sin duda, el equipo más poderoso desde el punto de vista físico del torneo.
Tras los fallos de Michalak en el pateo en el primer acto, Morgan Parra compartió la responsabilidad de los lanzamientos y esta pareja de medios, la tercera distinta que usa Saint-André en el campeonato, comenzó a carburar.
Al penalti convertido por el medio melé galo en el minuto 54, le siguió el try de Louis Picamoles y la conversión de Michalak, que junto a Parra controlaron gran parte del juego visitante a través de sus largas patadas, lo que aliviaba la presión atacante de Irlanda.
Los «chicos de verde», agotados por el esfuerzo, se fueron desinflando física y sobretodo, moralmente, a partir de la lesión de 0’Driscoll que, no obstante, permaneció en el campo para regocijo de su afición, que quizá le vio por última vez luciendo la camiseta del trébol.
– Ficha técnica:
13 – Irlanda: Kearney; McFadden (Fitzgerald, m.62), O’Driscoll, Marshall (Madigan, m.72), Earls; Jackson, Murray (Reddan, m.63, Cronin, m.80); Healy, Best, Ross; McCarthy, Ryan (O’Callaghan, m.69), O’Mahony (Henderson, m.77), O’Brien, Heaslip.
13 – Francia: Huget; Clerc, Fritz (Bastareaud, m.57), Fofana, Medard; Michalak, Parra; Domingo (Debaty, m.66), Kayser (Guirado, m.68), Mas ( Machenaud, m.68); Samson, Maestri (Vahaamahina, m.51), Nyanga (Claassen, m.66), Dusautoir, Picamoles.
Árbitro: Steve Walsh (Australia).
Marcador: 5-0, m.11: try de Heaslip. 7-0, m.12: conversión de Jackson. 7-3, m.27: penal de Michalak. 10-3, m.30: penal de Jackson. 13-3, m.33: penal de Jackson. 13-6, m.54: penal de Parra. 13-11, m.74: try de Picamoles. 13-13, m.75: conversión de Michalak.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada del Torneo Seis Naciones, disputado en el estadio Aviva de Dublín ante 53.000 espectadores. EFE