Actitudes poco profesionales fueron la causa fundamental que le generó problemas a Mike TIndall. Y es que el jugador, que defendiese los colores de la rosa en la pasada Copa del Mundo, sería sancionado por la RFU una vez corroboradas estos desmanes, particularmente el de la noche posterior a la victoria en el debut ante Argentina. 

 

Una vez conocido el fallo, Tindall respondería a la sanción impuesta con una apelación. La cual pareció haber tenido el resultado esperado, ya que no solo se levantó la expulsión del internacional del seleccionado, sino que se le redujo considerablemente la multa que debía pagar. 

 

El que se manifestaría respecto al caso sería Martyn Thomas, CEO de la RFU, destacando que al jugador se lo vio profundamente arrepentido. Al parecer no había evidencia o sugestión alguna del alegado coqueteo con una mujer en un bar neozelandés. Destacó, además, que la Unión aceptaba la versión de que  se trataba en verdad de una amiga de la familia a quien Mike conocía hacía tiempo. 

 

A pesar de este sospechoso cambio de opinión respecto a la semana pasada, Thomas sostendría que a pesar de todo el comportamiento del jugador estuvo por debajo de lo esperado en alguien de su calibre y experiencia. Las actitudes fueron indebidas y generaron polémica para el seleccionado, dejando al mismo en el ojo de la tormenta una vez finalizado el torneo internacional.