Si bien hace ya unos meses que el Mundial ha culminado, Graham Rowntree, miembro del staff técnico liderado por Martin Johnson en aquel entonces, manifestó haber sentido vergüenza por primera vez en su vida debido al accionar de la rosa en dicha competición
La pasada cita mundialista será recordada por los ingleses, pero no por algo bueno, sino todo lo contrario. Habiendo sido eliminada en 4tos de final contra Francia, que a la postre definiría el título ante NZ, no suena tan terrible, pero lo es si se considera que la rosa venía de ser finalista en la RWC 2007, y campeón en 2003.
El objetivo trazado desde un principio fue llegar a tierras maoríes con la intención de, aunque sea, mantener la costumbre de definir el certamen, o como mínimo un tercer puesto si hablamos de premio consuelo. Cosa que no terminaría aconteciendo.
Además, los de blanco se verían envueltos en la polémica a lo largo de este torneo. Por un lado, se hablaba de una ruptura del plantel con Martin Johnson, mientras que algunos internacionales del plantel se la pasaban de fiesta en fiesta por las ciudades que recorrían.
El resultado terminaría siendo obvio: pronta eliminación y vuelta a casa con una lluvia de críticas interminable a cuestas. Dicho traspié activaría las alarmas en la RFU que, viendo el oscuro panorama creado tras la cita mundialista, decidió meter mano y realizar ciertos cambios, sobre todo estructurales.
Lo primero, consistió en desafectar algunos nombres de cara a futuras citaciones, a continuación, Martin Johnson junto a casi todo su cuerpo técnico fueron cesados en sus funciones. Y si bien hoy día Inglaterra no tiene un head coach fijo, Stuart Lancaster, técnico interino, ha ocupado esa vacante de cara al 6N 2012; a la espera de una pronta designación del DT oficial que encare el proyecto de renovación de cara al futuro.
Uno de los pocos sobrevivientes al diluvio fue Graham Rowntree, parte del staff de Johnson durante la cita de NZ 2011. Al parecer, más allá de todo lo acontecido, el trabajo de este parece haber conformado a la RFU, que le dio el visto bueno para continuar en su puesto por algún tiempo más.
Respecto a las sensaciones generadas tras la fatídica RWC disputada por su país, el asistente técnico manifestó haber vivido la vergüenza más grande de su vida en aquella oportunidad. Según este, se hablaba más del equipo por los líos fuera de la cancha que por los partidos que disputaba la rosa en sí. Sumado esto al terrible rendimiento de los 4tos, donde no solo no hubo respuesta, sino que nunca surgieron ideas para revertir un resultado adverso.
Con este nuevo proyecto que comienza, Rowntree confía en poder tener una nueva oportunidad. Con un coach más experiente como Stuart Lancaster a su lado, tiene fe en sacar a Inglaterra del poso en el que parece haber caído y retomar así la senda del triunfo de la cual nunca debieron alejarse. Las energías y el orgullo están, pero sobre todo la ansiedad y la sed de revancha son las que lo motivan de cara a esta nueva chance que se le presenta.