Además de los duros rivales en la lucha por las medallas, Los Teros tendrán este fin de semana en Guadalajara un contrincante extra: la altura de los 1.700 metros de Guadalajara, que en la exigencia física del seven promete transformarse en duro escollo.

 

La altura será rival para todos, es cierto, pero también es cierto que, pro temas de presupuesto, los celestes fueron de los pocos que aspiran a medalla que no realizaron una aclimatación previa. A modo de ejemplo, Argentina viajó a  Potosí dos semanas antes de la competencia, mientras que Estados Unidos hizo una aclimatación en Apen Colorado, y Chile llegó el jueves pasado a la Villa Olímpica. 

 

Los celestes están en Guadalajara desde el martes, y según indicó el manager Juan Carlos Taborda han sentido los efectos de la altura, que no es mucha pero afecta, teniendo en cuenta la exigencia física del seven, con 14 minutos corriendo casi sin descanso en cancha de 15.