Uruguay se enfrenta el sábado ante un Brasil motivado al máximo tras la victoria ante Chile; desde lo mental será un ensayo de lo que enfrentarán Los Teros en la Eliminatoria de agosto
Ignacio Chans-Redacción RugbyNews
Los Teros se llevaron una lección de Asunción hace una semana. Afortunadamente, el crecimiento del seleccionado en los últimos tiempos no lo llevó a pasar mayores apremios en cuanto al resultado, un 34-10 cómodo ante Paraguay que le permitió picar en punta en el Sudamericano. Pero sí en el juego, donde los Yakarés consiguieron imponer el ritmo de juego por varios pasajes, y llevarse un resultado alentador en su desarrollo.
En algún sentido era lógico: Los Teros venían de un nivel muy superior como el de la Eliminatoria ante EEUU, por lo que era esperable un afloje. Quizás hubo una subestimación inconsciente, que se sumó a las ganas con las que Paraguay jugó el partido, y que se multiplicó por ese try de intercepción en el primer minuto de juego.
Por todo eso sirvió Asunción. Este fin de semana Los Teros viajan a Bento Goncalves, cerquita de Porto Alegre, para enfrentar a Brasil por la segunda fecha. Es difícil que Los Tupis llegaran más motivados: acaban de ganarle a Chile por primera vez en su historia, 24-16 en San Pablo el sábado pasado. Se encontraron con un Chile B, y en el medio de una enorme crisis política, es cierto, pero terminaron de demostrar que no se los puede subestimar ni un poquito. Sobre todo porque los dominaron en un punto que habitualmente era el flaco de los brasileños: la batalla de los forwards y las formaciones fijas.
La configuración de la primera fecha, entonces, fue lo ideal para que Uruguay salga el sábado a jugar una final. Sí, es cierto que el objetivo no está aquí sino en la Eliminatoria de agosto. Pero en esa construcción del equipo hasta allí, cada paso es clave. Y de la misma manera que EEUU fue un punto de referencia hacia el futuro, como lo expresó el DT Pablo Lemoine en RugbyNews, cada uno de las escalas que vengan hasta agosto tienen que servir para construir, porque lo contrario será dar pasos hacia atrás respecto a esa referencia de marzo.
En ese sentido, Brasil es el ensayo ideal. Implica la gran prueba de saber jugar de favorito y poder imponer el plan de juego propio ante un equipo en los papeles más débil, pero que tiene el potencial para sorprender y vencer a Los Teros, algo que no pasaba con Paraguay. Luego vendrán partidos más duros, como Argentina, la Nations y los amistosos ante equipos canadienses, donde será vital seguir desarrollando el juego. Pero las pruebas de estas dos semanas, ante Brasil y Chile, serán lo más parecido en ese aspecto mental a lo que Uruguay deberá enfrentar en junio ante Corea o Hong Kong.
¿Y qué mejor que desafiar a un equipo uruguayo en las formaciones fijas? Por allí pasará, cuando no, la clave del juego, y la chance de obtener posesión para unos tres cuartos que han demostrado que le encanta jugar con pelota y que les gusta buscar espacios, sea de pelota recuperada como ante EEUU, o aprovechando cuando la obtención es buena, como suele ocurrir contra rivales sudamericanos.
Uruguay es favorito el sábado, pero deberá jugarlo como la final que es.