A esta altura, la duda que queda flotando es: si a Carrasco Polo le alcanzan 15 o 20 minutos para imponer condiciones y sacar enormes distancias, que le permiten contrarrestar los lapsos en los que las cosas no le salen y es dominado por el rival; ¿qué pasará cuando haga ese juego completo y dinámico durante 60 o 70 minutos? El caballito le ganó 31-14 a Old Christians, para levantar la Copa Dove Men del Torneo Clausura. No solo eso: al haber obtenido también el Apertura, el caballito tendrá derecho a una finalísima en caso de que no obtenga la Liguilla final, que comienza la semana próxima.

 

Y visto lo de la final, tener una chance extra es tanta ventaja para el caballito que es difícil imaginar cómo se le puede escapar la corona. Jugando de a ratos un muy buen rugby y dando paso por otros momentos a inexplicables lagunas, ha conseguido en los últimos tiempos sacar enormes diferencias frente a sus rivales, para luego administrar. 

 

Contra Christians, Polo tuvo 15 minutos de rugby total: agresivo en el contacto, despierto para jugar el balón, incisivo al penetrar la defensa rival. Además le sumó el viento a favor, para sumar dos penales de Asuaga y un gran try de intercepción de Etcheverry que le dieron la ventaja de 13-0.

 

El inicio fue de test match: mucho kick, al cajón y arriba, para darle la responsabilidad al rival, y errores de manejo que provocaban ya cinco scrums a los cuatro minutos de juego. Pero dentro de ese panorama de paridad, poco a poco Polo empezó a demostrar que estaba en una mejor tarde que el azul.

 

El caballito aprovechó el viento a favor para jugar en campo rival. Fueron sus mejores minutos, cuando logró en un par de jugadas mover la pelota con ritmo y continuidad, por adentro pero también intentando desnivelar por afuera. Ese jugar en campo rival le terminó dando resultados a los 14, cuando Asuaga acertó los primeros tres puntos.

 

Con viento en contra, Christians intentó salir corriendo desde el fondo y jugar la pelota con las manos. Pero ese afán de juego terminaría en un piñazo al mentón: a los 16, un pase terminó en la intercepción de Etcheverry, que se fue a toda velocidad hasta el ingoal para apoyar un 10-0 que, con Polo enfrente, era lapidario para el azul, sobre todo cuando tres minutos después el caballito sumaba otro penal a través de Asuaga. La síntesis era clara: fuerte en el contacto para ganar metros y jugar dentro de la defensa azul, continuidad para avanzar con forwards o backs, velocidad de pase y zozobra permanente al ingoal de Christians.

 

Luego vino el bajón, porque el caballito cedió la pelota y cometió varios penales, pero Christians demostró que no era su tarde, porque no lo podía quebrar buscando con el pie, ni tampoco abriendo la pelota para correr, y menos en el contacto o en el scrum, donde Polo ganaba con claridad. Así y todo  Christians tuvo un par de oportunidades en el final de la primera parte, pero allí fue cuando apareció la faceta defensiva del caballito, que a puro tackle  se llevó un cero en el ingoal que psicológicamente significaba mucho.

 

Para la segunda parte, el azul tenía que aprovechar el viento a favor para ir a buscarlo. Arrancar los primeros minutos en campo rival, tal como había hecho ante Trébol., Sin embargo, fue todo lo contrario. Casi en la primera jugada, penal de Christians en campo rival, que derivó en volver a campo propio y que Polo sumara de nuevo el 13-0. Y dos minutos después, otra vez la efectividad de Polo a tope: line, pelota robada de Protasi que corrió con la ovalada en mano y jugó justo con Conti, para madrugar a toda la defensa de Christians y poner el 23-0. Efectivamente arrollador, Polo casi sentenciaba el partido.

 

Lo mejor de Christisans vino a partir de allí. Con mucho corazón lo fue a buscar, y sumó rápidamente en el juego corto. Luego siguió probando, y Arocena encontró el espacio donde no lo había para avanzar por la base y luego jugar a la punta para que Carracedo terminara apoyando. Con corazón, sin scrum, sin juego pulido y aprovechando los penales y espacios defensivos de Polo, Christians amagaba con ponerse en partido.

 

Sin embargo, fue lo último de Christians, que a partir de allí fue impotente para poder encontrar espacios. Había equilibrado en el scrum con el ingreso de Storace, pero Polo le respondió en el ajedrez con Durán y Sagario, y volvió a dominar, al igual que en el scrum. De a poco, Christians se fue frustrando, y solo le quedó como arma tirar la pelota a sus wings para encontrar el espacio. Pero ni así pudo acercarse más.

 

Polo, aún jugando mal, se recuperó y volvió a encontrar los caminos para transformarse nuevamente en el Polo el equipo letal. Con viento a favor fue a jugar a campo rival, se encendió en los cinco minutos finales, y volvió a sumar con un penal y un gran try de pelota abierta. Así, enchufándose de a ratos, Polo demostró que está un escalón arriba. Y dejó la imagen que, si aún con grandes lagunas le da para ganar con luz, en el momento en que logre hacer su juego durante 60 o 70 minutos será imparable.