Etcheverry y Gibernau anunciaron que no se integran a la selección, se diluye la última chance de que Los Teros cuenten con todo su potencial ante Rumania
Finalmente Jerónimo Etcheverry y Santiago Gibernau no se integrarán a Los Teros. La noticia se supo en la tarde de ayer, luego que el delegado del club, Gabriel Garese, se comunicara con el manager de Los Teros Rafael Villarrubí para ponerlo al tanto de la noticia.
Ambos jugadores habían pedido unos días para pensar la decisión a tomar, luego que los tomara por sorpresa la decisión tomada por la Unión el jueves pasado, de citarlos para jugar el repechaje ante Rumania. Etcheverry y Gibernau debían presentarse el lunes a iniciar los entrenamientos físicos, pero no lo hicieron para seguir estudiando el tema y también porque habían sufrido sendas lesiones el fin de semana en el partido ante MVCC.
La decisión de citarlos cambió el esquema, luego de que desde hace cinco meses no haya jugadores de Carrasco Polo, cuando los cuatro citados en ese entonces (además de Juan Campomar de Old Boys), habían renunciado al equipo por diferencias en la forma de encarar el proceso, además de alegar impedimentos de estudio y trabajo.
En el medio pasó mucha agua bajo el puente. Ambos jugadores, además de Juan Diego Ormaechea, fueron suspendidos por el Tribunal de Disciplina, que entendió que no eran justificados los argumentos laborales y de estudio que presentaron los jugadores para no presentarse con la selección. Paralelamente, eximió de sanciones a Carlos Protasi y Campomar, ya que según Disciplina sí tenían argumentos laborales para no integrarse al seleccionado.
Las sanción ahondó entonces el malestar de ellos, los otros jugadores citados y otros que por diferentes razones no venían siendo citados, que a principios de año ya habían manifestado discrepancias en cuanto a la forma de conducir el proceso (en particular, en cuanto al armado del cuerpo técnico de Gonzalo Camardón en Los Teros). Eso suscitó los conocidos sucesos de marzo, cuando un grupo de jugadores se negó a entrenar con el seleccionado, y luego redactaron un mail varios jugadores plegándose a la decisión. Algunos volvieron al seleccionado luego de una reunión con la Directiva y el Cuerpo Técnico, mientras que otros dijeron que no en la siguiente citación y otros ya no fueron llamados.
Pero volviendo al caso específico de Etcheverry y Gibernau, los jugadores se reunieron el lunes con la subcomisión de rugby de Carrasco Polo, que les recomendó aceptar el llamado en el etendido que beneficia a todo el rugby uruguayo que Los Teros cuenten con todo su potencial, aunque les aseguró que los apoyarían en la decisión que tomaran. También les recomendó que, en caso de no aceptar lo hicieran por escrito, dejando en clara su situación.
Pero la citación también tuvo sus entretelones en la URU, ya que no tuvo unanimidad. Es que se cortó la estrategia previa, de negociar lentamente, de manera de llegar a una citación con la idea clara de si los jugadores estaban dispuestos a decir que sí o no, para no llegar a otra instancia de que algunos jugadores tuvieran que decidir por sí o por no ante una llamado oficial. Lo que en definitiva, según esa hipótesis de trabajo, ayudaría a un sí de parte de los jugadores con los que Gonzalo Camardón quería contar en el equipo. Sin embargo, lo que se impuso fue la tesitura de hacer la citación formal, para que, en caso de que los jugadores no tuviesen intenciones de jugar en el seleccionado, quedara establecido por escrito.
Ahora queda pendiente el formalismo de que el club presente una carta a la Unión anunciando la decisión de los jugadores (además de la que el club le pidió a los propios jugadores que redacten). Eso pasará a la Directiva, y de allí al Tribunal de Discilplina.
Todo parece que con estos hechos se va la última chance de que Los Teros puedan contar con todo su potencial para el repechaje con Rumania, algo por lo que se conversó durante semanas, sin un final exitoso. Queda abierta una pequeña esperanza, de alguna nueva citación de acuerdo a lo que pase en la Liguilla, pero parece poco probable.