Luis Criscuolo, Gerente de Sportfive, aseguró que ya se trabaja para traer a los principales seleccionados del mundo para 2010
La apuesta por llegar a los principales equipos del mundo para 2010, y de pelear por la candidatura al Circuito Mundial IRB son los principales mojones que quedan a la vista tras la disputa de la XX edición del Seven de Punta del Este, que tuvo a Samoa como el mejor, dentro de un nivel general que se elevó sustancialmente.
“El balance que hacemos es muy positivo, este año nos propusimos levantar el nivel con respecto al año pasado, que había sido el primero de los seis años que hicimos el contrato con Old Boys. En 2008 quisimos hacer impacto fuerte con un recital y un desfile para mostrar un cambio en la parte comercial. Este año apostamos al rugby, que es el punto principal del seven. El año pasado tuvimos tres selecciones, este año 10, algunas importantes. Quedamos muy contentos porque muchas cosas que funcionaron mejor, y los equipos quedaron muy agradecidos con alojamiento y el trato” aseguró a El Observador Luis Criscuolo, Director General de Sportfive Argentina, que por segundo año organizó con Old Boys el torneo.
Fue un año duro, con crisis económica que obligó a bajar un 20% el presupuesto. Pero a pesar de eso, los organizadores se plantean subir la apuesta para el año que viene, y traer a algunos de los equipos top del rugby reducido, además del gran objetivo de conseguir una etapa del Circuito mundial, algo que parece lejano, pero a donde Sportfive parece apostar varias fichas.
“Hemos aprendido un montón: este año gastamos menos plata y trajimos más equipos y la idea es el año que viene, con más tiempo, apuntar a Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia, Francia. Quedan cuatro años, y apuntamos a Nueva Zelanda. Pero además la ambición y el sueño es la etapa mundial IRB. En un año se vencen los contratos con las ocho plazas adjudicadas, por eso estamos trabajando con la IRB, llevándoles material para demostrar que podemos entrar en esa puja por una de esas plazas. Es una cuestión económica, son licitaciones a sobre cerrado, pero hay que contar con un apoyo de todos, y ver como se maneja políticamente. A ellos les interesa tener un seven importante en Sudamérica, hay una predisposición favorable”, agregó el empresario argentino.
Faltó gente. El punto negativo del seven fue el público, que a pesar de los buenos equipos internacionales, no se enganchó en la medida del prestigio de las selecciones que había en cancha. “Este año se juega el Mundial de Dubai, y selecciones tienen prohibición de jugar con su nombre. Los Pumas no juegan como Pumas porque la IRB no permite que jueguen torneos internacionales determinado tiempo antes. Samoa viene como Samoa Barbarians, a Nueva Zelanda la invitamos y nos dijeron que no querían venir por eso, querían evitar conflictos. El año que viene no vamos atener ese problema Este año hubo más gente que el anterior, y si se van concretando más equipos la gente se va a ir enganchando cada vez más. Hicimos un contrato por seis años porque sabíamos que iba a ser duro el cambio, pero estamos convencidos que se puede”.