Está bueno que los torneos infantiles y juveniles lleguen a fin de año. Más allá del tiempo lindo y las temperaturas agradables, sirven para llenarse de aire. Tras las exigencias de un rugby de Primera y de selección que muchas veces piensan más en el resultado que en otra cosa, llega fin de año y aparecen estos torneos, en los que los niños se abrazan la pelota, corren y la pasan, tacklean y se desparraman. Ante todo, se divierten.

 

Eso es el Descalzos, que organizó Champagnat el domingo, en su 11° edición. Más de 700 chiquilines de entre 9 y 15 años corriendo atrás de una pelota, por la sencilla diversión que da jugar.  Y además, hacerlo descalzos, el símbolo que ha elegido Champa para rescatar los valores del rugby puro, esos que en el rugby infantil saltana  toda vista.

 

La edición 2010 del Descalzos volvió a ser un éxito, con 56 clubes y colegios, muchos de los tradicionales, como Champa, MVCC, British, Trébol, otros que se van haciendo tradicionales también como Seminario, La Olla o Lobos. Y otros, que afortunadamente van haciendo sus primeras armas, como Elbio Fernández, o San Javier. 

 

Las primeras horas fueron para las categorías M9, M0, M11 y M12, con partidos en modalidad encuentro, sin anotar resultados y sin definir títulos. A partir de las 16 sí llegó la competencia por títulos. En M14 terminó yendo para Seminario, mientras que en M15 fue para Lobos, pero más allá de copas, lo que ganó una vez más fue el espíritu del rugby, que cerró otra jornada de fiesta, para Champa y para todo el rugby uruguayo.