Los Teros tuvieron un gran torneo, y siguieron acortando ventajas contra rivales superiores. Una vez más cumplieron: ahora hay que apoyarlos para que compitan de igual a igual

Foto gentileza Judy Teasdale

Por Ignacio Chans-Redacción Rugbynews

Hace tiempo que este equipo venía generando esa sensación especial. Ese sentarse a verlo en vivo, por TV o internet, y comentar con conocidos: ‘che, pero este equipo tiene algo. Juega a otra cosa. Se anima, propone. No se achica ante los grandes y no se conforma con perder por poco o hacer un digno papel’.

Eso se había empezado a ver en el Crossborder. En el Sudamericano quizás no, porque allí había objetivos puntuales, y muchísima tensión, antes que la escalera del juego. Pero sí apareció en la Nations. Y ahora en la Americas, con un plantel mucho más joven y con varias ausencias clave, que encima aumentaron cuando en el primer partido se perdió a un ala, al octavo y al apertura titulares.

Para valorarlo en su justa dimensión: este plantel tiene al menos cinco jugadores que están en su primera temporada de selección. El jugador con más caps tiene 23 años, Apenas la primera línea –y el wing Pablo Bueno- están por encima de los 25 años. Muchos de ellos arrancaron el año como la tercera o cuarta opción, pero tuvieron su chance luego que muchos no pudieran viajar, tras un calendario que obligaba a casi un mes y medio fuera del país, algo solo a la altura de planteles profesionales. Y además se enfrentaron a rivales que, como mínimo, son semi profesionales.

Por todo eso, el cuerpo técnico de Pablo Lemoine se planteó que la idea estuviera por encima de los nombres. Apostar a una identidad, donde el sistema sea el que salve. Claro, me dirá, es lo que quiere cualquier DT. Pues bien, el partido ante Jaguares el martes fue la prueba más clara: con un plantel lleno de juveniles, el sistema brilló, los jugadores dejaron el alma, y se logró la mejor actuación ante Argentina en mucho tiempo.

Ante EEUU era una exigencia doble. Había que demostrar que en el juego se seguía creciendo, pero había que dar un paso más. Había que ir por la victoria. Por eso quizás pesaba un poco menos el cómo. Y por eso los nervios, el no poder lanzar el juego que se pretendía. Pero al mismo tiempo, el darse cuenta de que se era superior, y que había que rearmar el plan, dándole prioridad a algunos de los puntos del plan original.

Uruguay empezó mejor y luego cayó. Y luego se recuperó desde la defensa, y desde el scrum. Dos armar históricas de Uruguay, pero versionadas y mejoradas por este equipo. Así consiguió ir haciéndose fuerte, y terminar ganándole con mucha autoridad a un equipo que aunque no le sacara ventajas en nombres, sí lo hace en preparación y recursos para jugar a este nivel.

Los Teros han dado varios pasos hacia adelante. Han fortalecido un plantel, en todo el sentido de la palabra. A lo largo del año han demostrado que tienen opciones en todos los puestos, y cuando en algunos ha estado en franca desventaja en tamaño, ha recurrido al sistema para disimularlo.

Las señales eran muy positivas al arranque de la ARC, y se ratificaron con esta victoria. El juego apareció, el moderno y el histórico. Ahora hay que cerrar el año con victoria ante Portugal, trepar algún puestito en el ránking, y empezar a preparar 2013, donde estará la prueba del todo o nada e a Eliminatoria ante Chile y Brasil. Y empezar a pensar que este plantel necesita el apoyo, como mínimo, de un semi profesionalismo que le permita seguir acortando distancias, para que lo de esta Americas Rugby Championship deje de ser una hazaña.

Sí, es difícil y hay pocos recursos. Habrá que redoblar la imaginación y el apoyo –el proyecto del Charrúa es un excelente punto de inicio-. Uruguay tiene una tremenda generación de jugadores, como para pegar un salto en XV y en VII. Hay que planificar, y jugarse. Los jugadores ya han dado todo de sí, y más. Es momento de ayudarlos.