En un gran partido, con muy buen juego ofensivo y un enorme corazón defensivo, Uruguay le ganó 12-7 a Túnez y clasificó a semifinales de Bronce

Se lo merecían los jugadores. Golpeados por una serie implacable, contra tres rivales muy supriores, Uruguay necesitaba una revancha consigo mismo. La encontró ante Túnez, en un gran partido que Los Teros VII ganaron 12-7 para cumplir el objetivo en el Mundial: ganar un partido, clasificar a semifinales de Bronce, asegurarse al menos el 20º puesto de Dubai y tener la chance de seguir peleando, ante rivales en similar nivel de competencia. Se enfrentarán a las 7:28 al local Rusia, que sorprendió y venció 17-7 a España.

Fue un excelente partido de Uruguay, que si sufrió fue por no poder definir el partido antes. Tuvo la pelota desde el arranque –las salidas, gran punto alto- y jugó con paciencia, de lado a lado. Tuvo prolijidad para presentar la pelota, apoya para mantenerla en el ruck, y paciencia para moverla hasta encontrar el espacio., Así quebró Ormaechea y se fue hasta debajo de los palos, para apoyar el 7-0 con conversión de Berchesi.

Uruguay robó en la salida siguiente, y volvió a manejar la pelota de lado a lado. Costó un poco quebrar, y la jugada terminó en knock on para perder la segunda chance de ataque. Tiempo de defender, y que apareciera el orden y el tackle, para mandar al rival al touch. Pero luego llegaría el único punto malo: obtuvo en el line, pero al jugar a la punta no pudo mantener la posesión en el ruck y no había apoyo suficiente, Túnez jugó por el ciego y de pelota recuperada llegó al try, en su único ataque de todo el partido, que cerró el primer tiempo 7-7.

«Estamos jugando bárbaro, lo único es que hay que jugar la pelota. Sigan así», decía Luis Pedro Achard en el entretiempo, y animaba a Berchesi a intentar quebrar a una defensa de Túnez que se veía vulnerable. Y Uruguay cumplió el mandato, volviendo a ir a buscar al rival, que además daba una manito al no poder obtener la pelota en la salida e irse por el touch.

Así Los Teros VII se aseguraron la obtención, y lo más importante: defender con la pelota en campo rival. Otra vez una larga posesión, sin explosión y con un poco de desprolijidad en el juego de manos producto de la ansiedad para anotar. Pero cuando se perdió la pelota, apareció la enorme actitud para asfixiar a Túnez en la salida, a tacklear como garrapatas, a no dejar salir al rival, que empezó con una catarata de penales que volvió a darle posesiones a los celestes, que además jugaban con el reloj.

Había que tener paciencia y prolijidad, porque el espacio iba a aparecer. Entonces llegó la pelota a la punta, Juan Ormaechea que va al contacto, acumula dos marcas y juega a la punta, y try de Gibernau contra la bandera, para poner el 12-7.

Había que defender con el alma, y se hizo en campo rival: otra vez presionando, otra vez asfixiando, otra vez tackleando con lo que fuera. Juan Ormaechea fue a buscar a un tunecino debajo de los palos, y se dio tal golpazo contra la hache que no se pudo levantar. Hubo que defender una jugada entera con seis jugadores, pero así y todo el orden se mantuvo, el tackle y reposicionamiento fue la meta, hasta forzar a que el wing de Túnez se fuera por línea de touch. Quedaba lanzar y obtener el line y tirarla afuera, pero el juez entendió que había pelota parcial, para darle una emoción más al partido. Los celestes volvieron a tacklear como una maquinita, hasta trabar la pelota en el ruck y asegurar el penal y la victoria.

Una enorme alegría. Por lo que los celestes sufrieron en los primeros dos días, reflejados en las palabras del capitán Ormaechea. Ahora se cumplió el objetivo, y todo lo que viene es gratis. Se lo merecían Los Teros VII.