Tras el anuncio del viernes, los puntos clave que empiezan a clarificarse
Ignacio Chans/Redacción RugbyNews
Un hecho: El comunicado del viernes fue todo lo cauteloso que debe ser un proyecto que aún no tiene aprobación 100% a la interna de las uniones, y que tiene recién en marcha las charas con TV en sponsors. Pero el ambiente general en cada una de las uniones de América es la misma: el Seis Naciones Americano a partir de 2016, entre Argentina, Uruguay, EEUU, Canadá, Brasil y Chile, es un hecho. Ahora falta trabajar para cerrar acuerdos comerciales que lo robustezcan, y lo transformen de una gran idea en un gran negocio.
Los máximos equipos: Lo adelantó Nigel Melville, CEO de USA Rugby en Twitter: serán “full test matches”, válidos por el ranking mundial, lo que garantiza que todos se presentarán con sus seleccionados máximos.
La fecha: como se había manejado antes de la reunión será entre febrero y marzo, en espejo con el Seis Naciones Americano. Eso, además, habilita al uso de la “regla 9”, la reglamentación que obliga a los clubes a ceder a sus jugadores de selección. Una de las mayores dudas en la previa desde la prensa de EEUU era el riesgo de que los contratos de sus jugadores foráneos cayeran si sus jugadores vinieran a jugar el torneo, ya que en muchos casos ocupan los lugares que dejan los europeos citados a sus selecciones. Sin embargo, una posible salida es que cada país decidirá a qué jugadores citar en cada encuentro: que lo hagan para los partidos más parejos, y afronten con jugadores locales los partidos más accesibles, como Brasil y Chile.
La interrogante de Argentina: El mayor obstáculo será que Argentina tendrá a sus mejores jugadores disputando la franquicia del Super Rugby, pero quedó claro que afrontará su tornero como Los Pumas, y según lo necesite, usará o no a sus mejores jugadores.
Sponsors y TV: hay charlas que comenzaron, aunque no hay nada cerrado. De hecho, los presidentes de las uniones se fueron con los “deberes” de pensar ideas para volverse a reunir en 60 días y crear planes comerciales, logísticos y administrativos para el torneo.
La distancia de los top con Brasil y Chile: no se habló, y no es un tema de fondo. Se entiende que habrá un período de adaptación, similar al que sufrió Italia al entrar al Seis Naciones. Es claro que la entrada al Seis Naciones implica un desafio inédito par ambas naciones, que deberán esforzarse al máximo para acortar terreno respecto al rival
Cinco años: lo decía el comunicado y es la idea de las uniones: trabajars obre una base de cinco años en los cuales el modelo de negocio se afiance y las uniones se desarrollen deportivamente. Pero mientras tanto se irá trabajando en desarrollar competencias para los países de niveles más bajos, de manera que todos puedan aspirar a llegar al Seis Naciones americano, y que se transforme en un objetivo a alcanzar.