Confiado en el potencial que tenía el seleccionado galés de rugby, el entrenador de defensa del equipo galés consideró que los de rojo habrían podido ganar la final del mundo ante NZ en caso de haber superado la semifinal
No fue un Mundial más para Gales. Al igual que en 1987, los dragones llegaron a semifinales en la misma tierra que los viese definiendo entre los 4 mejores 24 años atrás.
Si bien la ilusión era mucha, y la performance del equipo se recordará por mucho tiempo, los lamentos siguen existiendo por parte de algunos del plantel de los de rojo. Claro ejemplo de esto es Shaun Edwards, entrenador de defensas del seleccionado.
Según este, los pequeños detalles terminaron impidiéndole a los europeos hacerse de la Copa. Si la expulsión de Sam Warburton en semifinales no se hubiese generado, Gales habría ganado con total justicia un partido donde a pesar de tener un jugador menos, siempre mantuvo a Francia contra las cuerdas.
Shaun también se atrevería a especular con cómo habría sido la final si los de rojo accedían a la misma. Para el entrenador, acorde al decepcionante nivel demostrado en la final, Gales podría haberse impuesto a NZ, sobre todo por el tamaño de sus jugadores para detener a la marea negra.
La oportunidad parecía ser única, pero se terminó desaprovechando. Aún así, los dragones nunca olvidarán el haber vuelto a los primeros planos luego de 2 décadas de ausencia.