Espiga tuvo un esguince ante Paraguay y Magno vio la roja en semifinales, por lo que en la final Los Teros tuvieron ocho jugadores y Caffera se puso los cortos por las dudas
Sorteando obstáculos
La actuación celeste en Pinamar tuvo un ingrediente extra, que fue las dificultades para armar el equipo en los últimos dos partidos, que llevó a hacer varios cambios y hasta que el propio DT Emiliano Caffera tuviese que cambiarse como un suplente más en la final ante Córdoba.
La cosa se empezó a complicar desde el partido con Paraguay, cuando Rodrigo Espiga sufrió un esguince de tobillo que lo complicó para el resto del torneo. Pero encima, en la semifinal con Argentina VII, Diego Magno vio la roja tras un intercambio de golpes con un rival, por lo que también quedó excluido de la final.
De esa manera, Uruguay afrontó la final solo con ocho jugadores –únicamente con Gastón Gibernau como suplente- lo que llevó al DT Emiliano Caffera a solicitar a la organización hacer uso de la bolsa de jugadores, y se encontró como respuesta que la mayoría de los clubes ya estaban yéndose. De esa manera, previa consulta con Montevideo con el DT Luis Pedro Achard, el Jugador de Champa se puso los cortos y quedó a la orden.
Finalmente no entró, y con ocho jugadores, Los Teros tuvieron una final pareja, similar a la de Punta del Este, en la que quedaron tres tries abajo en el primer tiempo y luego, a pesar de la remontada del segundo, no les alcanzó para completar con título un fin de semana histórico.
(Fotos Cintia Rica Bramajo-A Pleno Rugby)