El primer tiempo fue de Rugby explosivo, como para disfrutar desde el minuto cero la Copa del Mundo 2011. Con esa receta, Nueva Zelanda arrancó a todo tren, y se retiró al descanso con una goleada 39-3 que definitivamente sentenció el partido inaugural de la Copa del Mundo.

Curiosa diferencia si se tiene en cuenta la posesión de pelota 60-40%. No fue una sinfonía de los All Blacks, que en el contacto tuvieron un duro contrincante de parte de los tonganos. Sin embargo, la diferencia estuvo en cómo jugaron a partir del espacio creado en ataque: veloz, imaginativo, letal.

La cuenta la abrió Israel Dagg a los 3 minutos, luego que Dan Carter sumara un penal a los 3, tras una primera pelota jugada de lado a lado que casi termina en los cinco puntos. El espacio lo generó Kahui desde una pelota en defensa, para luego jugar con Sonny Bill Williams, que como en todo el primer tiempo, jugó de manera casi perfecta en el contacto, para habilitar al fullback.

Fue el momento en que Nueva Zelanda hizo el click, y dejó los nervios que hasta allí le habían impedido sumar juego. Así, el kick y la presión genero un robo para lastimar otra vez por afuera: Sonny Bill Williams, Toeava y Kahui apoyando el segundo.

El partido se hizo cada vez más desigual: un Tonga intentando retener, buscando el line y maul, el juego por el eje… en fin, que desaparecieran los espacios. Pero Nueva Zelanda le respondió con más presión para generar el espacio, y y el tercer try, que se transformaría en el cuarto tras otra magnífica jugada de Sonny Bill Williams habilitando a Dagg de revés para poner el 29-0.

Pero en el segundo tiempo cambió todo: Tonga logró cerrar el juego, desordenarlo, y meterle tremenda presión en el tackle y cerca de las formaciones a Nueva Zelanda, que a diferencia del primer tiempo ya no pudo desenmarañar ese juego y tuvo que acumular más gente en los rucks.

Pero cuando el murmullo empezaba a aparecer en el estadio, Graham Henry mandó los cambios, entre ellos el esperado de Piri Weepu por Cowan. Casi enseguida llegó el try de Kaino, como para suponer que de ahí al final serían un paseo.

Sin embargo, los forwards tonganos silenciaron a todos. El pilar Taumalolo ganó la ventaja, para luego cerrar el juego y que Tonga avanzara con paciencia, fase a fase, generando los nervios de los All Blacks, que comenzaron a hacer penales cada vez más cerca de su ingoal. El equipo neozelandés nunca pudo resolver el problema del scrum, y finalmente, en el pick and go, el equipo isleño terminó recibiendo su justo premio, con el try del 34-10.

Sobre el cierre llegó un try de Ma Nonu que puso el 41-10 final. De todos modos, las preocupaciones se las lleva Graham Henry. 11 penales, varias pérdidas de pelota en el contacto, y un problema toda la noche en el scrum. Es el primer partido, pero para el local, al que todo le pesa un poco más, los días que viene serán duros.