Cuatro jugadores se van a Rumania durante dos meses a probar suerte en el profesionalismo, en el inicio de un camino clave para el rugby uruguayo
La buena performance de Los Teros en la Nations Cup de Rumania empieza a rendir sus frutos. Ante la IRB fue un buen posicionamiento político, que valdrá para en los próximos meses presentar un ambicioso plan estratégico que incluya la posibilidad de un plan de viaticados para los jugadores de la selección. Pero además, el buen rendimiento se tradujo ofertas del rugby profesional de Rumania para viarios jugadores de Los Teros, cuatro de los cuales viajarían el viernes para enrolarse al Steaua Bucarest durante al menos dos meses.
El segunda línea de Montevideo Cricket Christofer Soares Da Silva y los backs de Carrasco Polo Agustín Ormaechea y Felipe Berchesi ya tienen todo pronto para partir a Rumania el viernes. Además, el tercera línea del caballito Jun Diego Ormaechea tiene pendientes solucionar algunos trámites burocráticos para no perder un año en la Facultad de Veterinaria, donde estudia. También hubo ofertas para los primeras líneas Alejo Corral y Nicolás Klapenbach, que por motivos laborales desistieron.
Los jóvenes Teros se despidieron de sus clubes este fin de semana, y ahora partirán a hacer una muy buena experiencia profesional en Europa. Disputarán la parte final del campeonato rumano, en el cual el Steaua ocupa hoy la cuarta posición entre ocho equipos.
Se trata de un primer paso importante, más allá de que no sea una de las ligas top. La lejanía con el rugby profesional ha sido uno de los mayores problemas del rugby uruguayo en los últimos años, en los que los potencias, y los del segundo escalón, han crecido de forma exponencial. La única forma de seguirles el paso es con alguna forma de profesionalismo, ya sea con un plan de profesional en lo interno –camino que ha iniciado Argentina hace algunos años- pero también con la inserción de jugadores en el rugby profesional.
En ese sentido, la generación de los Mundiales 1999 y 2003 abrió el camino del profesionalismo en el exterior -Pablo Lemoine lo inauguró en 1998-, de los cuales hoy sólo queda Rodrigo Capó jugando en el primer nivel internacional del Top 14 francés. La lenta caída de los profesionales Europa – Gastón Ibaruru, Mario Sagario, además de Gastón Szabo, Sebastián Levaggi y Mauro Perilli son algunos de los que en solitario han intentado ese proceso en los últimos años- mostró también el retroceso internacional, pero la nueva camada que se va afuera –a los que se van el viernes hay que sumarles a Jerónimo Etcheverry y Santiago Gibernau, con una temporada ya en Italia y España respectivamente- señala el inicio de proceso clave para los próximos años del rugby uruguayo.